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Algo que no ocurría desde 2017
Ciudad de México, 5 de noviembre. – El despliegue de este tipo
de bombarderos, que partieron de la base aérea Andersen en Guam, para maniobras
conjuntas con Corea del Sur fue muy habitual en 2017
Dos bombarderos estratégicos B-1 se unieron a los ejercicios
aéreos combinados a gran escala que Corea del Sur y Estados Unidos están
realizando en la península coreana, donde no se veía el despliegue de estas
aeronaves desde 2017.
Según detalló el ejército surcoreano los B-1 se unieron junto
a cuatro aviones de combate surcoreanos F-35A y otros cuatro cazas
estadounidenses F-16 a los ejercicios combinados Vigilant storm en los que
participaron unas 240 aeronaves y que Seúl y Washington decidieron extender
hasta este sábado en reacción a las recientes provocaciones de Pionyang.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) señaló en un
comunicado que esta decisión “es una demostración del firme compromiso de
Washington con la disuasión extendida para Corea del Sur y la postura de
defensa combinada de los aliados”.
El despliegue de este tipo de bombarderos, que partieron de la
base aérea Andersen en Guam, para maniobras conjuntas entre Corea del Sur y
Estados Unidos fue muy habitual en 2017, cuando la tensión entre Pionyang y
Washington alcanzó niveles peligrosos, pero hasta ahora no habían vuelto a ser
desplegados en la región.
El ejercicio aéreo que concluye hoy es además el más grande
entre ambos países desde 2017 e incluyó la movilización de cazas F-15, F-16,
EA-18G (la versión del cazabombardero F-18 adaptada para escenarios de guerra
electrónica), F-35A y F-35B, que a diferencia del F-35A puede realizar
despegues en corto y despegues y aterrizajes en vertical.
En respuesta a estas maniobras Corea del Norte ha lanzado en
los últimos tres días en torno al menos 33 misiles balísticos, los últimos
cuatro hoy mismo.
Estos cuatro misiles balísticos de corto alcance fueron
disparados al mar Amarillo (llamado mar del Oeste en las dos Coreas), según
informó el ejército surcoreano, que añadió que volaros unos 130 kilómetros.
A su vez, uno de los proyectiles que Pionyang disparó esta
semana, un misil balístico de largo alcance (ICBM), aparentemente falló en
pleno vuelo cuando se disponía a sobrevolar Japón, mientras que otro de corto
alcance aterrizó muy cerca de aguas territoriales surcoreanas, algo que nunca
antes había sucedido.
La tensión en la península está alcanzando niveles inéditos
ante las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras de los aliados y
la posibilidad de que, tal y como indican los satélites, el régimen de Kim
Jong-un ya esté listo para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.