Uriel Flores Aguayo

Xalapa es nuestra casa común. Sus problemas y ventajas son de todos. Votemos o no. Entre más ciudadanía haya más la cuidamos. Aquí vivimos, aquí vamos a vivir. Nos debe interesar mucho quiénes son nuestras autoridades municipales. Ahora que hay campaña electoral debemos observar con cuidado el perfil de las y los aspirantes a la presidencia. Por supuesto que importa. Y más cuando los partidos políticos no son determinantes en los aspectos cualitativos de las candidaturas. Son un nombre, un registro y un color. En las propuestas edilicias radica la importancia del papel que jugarán al frente del Ayuntamiento. Se requiere cierta trayectoria para no improvisar o moverse con ocurrencias, hace falta un perfil profesional que implique capacidad para ocupar alguna comisión edilicia e influir en las áreas técnicas y administrativas , es indispensable que esté representada la pluralidad social de tal manera que grupos y sectores canalicen sus asuntos, es de coherencia básica que se de cumplimiento al programa de gobierno expuesto en campaña y que el gobierno municipal sea transparente, innovador y abierto a la participación ciudadana.

Falta poco para la elección, el uno de junio, se trató de una campaña corta que pudiera no despertar pasiones o, al menos, mayor interés. Ojalá las candidaturas y sus partidos tengan eco y alcancen la visibilidad necesaria para motivar el voto. No es fácil en poco tiempo. Hay que reconocer el esfuerzo realizado. Estamos ante tres candidatas y dos candidatos; cinco en total de seis partidos. Existe el riesgo del abstencionismo.

Más allá de los colores partidarios y las estrategias de campaña la mayor relevancia radica en los perfiles políticos y profesionales de las candidaturas. Se notan las diferencias. Eso cuenta mucho a la hora de definir el sufragio.

Ya se verá en la noche del primero de junio si las campañas dieron buenos resultados, si las estrategias fueron correctas. Todo está por verse. Creo que se equivocaron quienes acudieron a la confrontación personal porque, es mi impresión, la ciudadanía no quiere eso. Era mucho más útil presentarse en sus méritos y propuestas. Debieron aprovechar mejor el tiempo y sus recursos.

Siempre la disyuntiva será votar o no votar, y por quien. En mi caso no tengo duda de votar, como tampoco que el perfil superior está en Daniela Griego. Tiene mi voto. Es importante ubicar el ámbito que se vota, que se está eligiendo a nuestras autoridades municipales. Resulta hasta inocente querer montarle al voto una carga ideológica o asociarla a cuestiones nacionales y estatales. Hablamos de servicios y obras, más cuestiones culturales y turísticas, dado el caso. Puede ser humorístico querer rasgarse las vestiduras como crítica a la opción que tomen los ciudadanos. No es una lucha de buenos contra malos.

Quienes hablan de fraude cometen un error garrafal, faltan a la lealtad democrática y ahuyentan a los electores; si son analistas vuelan a las teorías de la conspiración; si son candidatos se dan un balazo en el pie porque desaniman a sus votantes. Se debe actuar con responsabilidad. Si hay elementos dudosos, exponerlos. Pero ser cuidadosos para no ensuciar la elección. No se gana todo ni se pierde todo. El Cabildo será plural, ahí convivirán las distintas fuerzas políticas, por tanto no se debe deslegitimar desde su origen.

Recadito: no se debe prometer lo que no se puede cumplir.

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