VAN ROTULISTAS CONTRA CUEVAS; ALISTAN DEMANDA

VAN ROTULISTAS CONTRA CUEVAS; ALISTAN DEMANDA

Por su acometida en contra de murales en parques y mercados, así como contra los rótulos de casetas comerciales, la Alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, podría encarar una demanda colectiva.

Así lo dio a conocer la noche del miércoles el perito judicial en arte público Pablo Ángel Lugo, a quien acudieron en busca de asesoría algunos defensores de las expresiones urbanas y creadores afectados.

«Acabo de hablar con algunos de los artistas que sus murales fueron borrados; se va a iniciar una demanda. Si alguien conoce a algún artista o rotulista que sus trabajos hayan sido afectados, por favor contáctenos; vamos a iniciar una demanda colectiva, grande. Entre más seamos, mejor», expresó el abogado al término de una mesa de diálogo sobre rotulismo en la sede de la editorial Artes de México, en la Colonia Roma.

«Estamos en el proceso de contactar a todas estas personas, sobre todo porque es una iniciativa de diferentes colectivos», precisó posteriormente, cuestionado por REFORMA sobre cuántas personas estarían valorando sumarse a la demanda.

A decir del también doctor en arte, producción e investigación, y director de Glocal Art Markets Consultants Ltd, en Londres, este proceso estaría fundado en la violación de la Ley Federal del Derecho de Autor, que tiene por objeto, según versa el Artículo 1, «la salvaguarda y promoción del acervo cultural de la Nación».

«(Así como la) protección de los derechos de los autores, de los artistas intérpretes o ejecutantes, así como de los editores, de los productores y de los organismos de radiodifusión, en relación con sus obras literarias o artísticas en todas sus manifestaciones, sus interpretaciones o ejecuciones, sus ediciones, sus fonogramas o videogramas, sus emisiones, así como de los otros derechos de propiedad intelectual».

Las obras protegidas por esta legislación, señala el Artículo 3, «son aquellas de creación original susceptibles de ser divulgadas o reproducidas en cualquier forma o medio».

«La misma Ley establece que el Estado tiene que ser el garante de dicha protección. Entonces, en lugar de proteger el patrimonio, lo destruyó», apuntó Lugo.

«En este caso, la Alcaldía -la que sea, cualquiera, porque Cuauhtémoc no ha sido la única que ha hecho eso- tiene ahí un problema legal fuerte», continuó. «Ya hay un grupo de abogados que está trabajando con nosotros».

Además del borrado de rótulos como parte de la denominada Jornada Integral de Mejoramiento del Entorno Urbano, la Administración de Cuevas cubrió en el Parque España cinco murales desarrollados por los artistas Trasher, Roots, Revost y Torbe. (REFORMA 28/05/2022)

Lo mismo ocurrió en el Mercado Juárez, a un costado del Metro Cuauhtémoc, con la obra Mujer en Diálogo con el progreso, de Carlos Segovia «Sego», que comenzó a ser borrada el 24 de marzo, y en el Mercado Martínez de la Torre, en la Colonia Guerrero.

«Básicamente, el asunto aquí es definir ante un Juez qué pasó: se está alegando que se destruyó obra de arte; hay testimonio de eso y está registrado que sí se destruyó. Y la única forma que la defensa de la Alcaldía podría alegar es que eso no es arte», expuso Lugo.

«Y ese es mi trabajo: decir por qué es arte, cómo se considera arte, cuáles son las bases dentro del ramo de las artes para definir si una obra es arte o no, y cómo se aplica eso conforme a la ley mexicana».

A pregunta expresa sobre si afectaría el proceso el hecho de que tales piezas eliminadas no estuvieran registradas por sus autores, el perito lo descarta, y en el propio Artículo 5 de la mencionada Ley se dice que: «El reconocimiento de los derechos de autor y de los derechos conexos no requiere registro ni documento de ninguna especie ni quedará subordinado al cumplimiento de formalidad alguna. La protección que otorga esta Ley se concede a las obras desde el momento en que hayan sido fijadas en un soporte material, independientemente del mérito, destino o modo de expresión».

¿La demanda procedería igual si los dueños de las casetas comerciales dieron su consentimiento para que se pintara sobre los rótulos, tal como ha asegurado Cuevas?
Habría que ver con los comerciantes, porque tenemos entendido que se les obligó, se les hizo manita de puerco. Y no sólo tuvieron que aceptar, sino que además lo tuvieron que pagar; pagaron la pintura y las calcomanías. En ese caso, es un dinero que también van a tener que reponer.
Yo sí creo que debe haber un deslinde de responsabilidades legal muy fuerte, porque la Alcaldesa está cometiendo crímenes por omisión o por deseo; por ignorancia o porque simplemente tiene sus criterios.

Finalmente, Lugo compartió que, de acuerdo con la normativa, lo que los afectados reclamarían sería la reposición de su trabajo, es decir, que se les permita volverlo a pintar, más una compensación monetaria. Y en este respecto trae a cuenta un antecedente de unos grafiteros en Nueva York que también demandaron por el retiro de murales en un edificio.

«Le ganaron 6.7 millones de dólares, y estamos en la misma situación, es el mismo caso. Hay que ver aquí (cómo procede). Lo único que debería de preocuparle a Sandra es si la Alcaldía tiene un seguro, porque va a tener que pagar una lana. Lo malo es que, si lo va a tener que pagar, van a ser nuestros impuestos», concluyó.


‘PARA MÍ, EL RÓTULO SÍ ES ARTE’


«De tanto trabajo diario, me acuerdo de una anécdota: Fui a la casa, y mi esposa que me sirve mi sopa. Y era sopa de letras. ‘¡Ya no quiero ver más letras!’, le digo», recuerda, entre risas, Arturo Bautista, sin detener el trazo del pincel sobre su lienzo.

Sin demasiada concentración, pero con un pulso de cirujano, el rotulista tradicional con alrededor de cuatro décadas de experiencia va plasmando cada línea. Rojas, amarillas y azules, parejitas todas, y clarísimas en su mensaje: «Los rótulos pertenecen al pueblo».

En la espalda de su chamarra gris con rastros de pintura -marcas de guerra o huellas del tiempo- porta orgulloso su legado: «Rótulos Bautista», en negro y amarillo. Así lo encuentran ahora en Instagram gracias al apoyo de su hijo, Giovani, diseñador gráfico que ha heredado el oficio que su padre aprendiera cuando no pudo seguir estudiando la secundaria por problemas de salud.

En aquellos días, cuenta el rotulista originario de Villa de Etla, Oaxaca, decidió acercarse a pedir trabajo en un taller que le había llamado la atención, confiado en su habilidad para dibujar.

«Aunque no me pague usted. Somos ocho de familia y hacemos pan, pero yo ya no voy a estudiar», dijo al maestro rotulista del taller, quien primero se había negado a aceptarlo.

«Lo convencí, y me dio trabajo de ayudante: que a lavar las brochas, a llevarle la escalera, y ahí me nació el interés de empezar a aprender, a practicar».

Así comenzaría su historia con un oficio que lo ha llevado a plasmar letras y dibujos, caricaturas o algún símbolo, en misceláneas, tiendas de abarrotes, farmacias o marisquerías, por mencionar lo más común. También algún tráiler, o hasta las cruces que ornamentan los sepulcros.

Tras toda una vida haciéndolo, aquí no hay ninguna duda: «Para mí el rótulo sí es arte», enunció Bautista frente a un nutrido auditorio reunido en el patio de la editorial Artes de México, que le respondió con aplausos.

«Para mí siempre ha sido como un arte; la sensación de agarrar un pincel y sentir cómo estás haciendo la letra es muy diferente a sacar un tiraje de impresiones», continuó. «Perdón si ofendo a alguien, pero es que el rótulo hecho a mano es algo formidable».

«A mí lo que me gusta más es el estar dibujando, estar aplicando los colores. A lo mejor es una sensación así, muy especial, de estar en contacto con los materiales, de llenarse de pintura», compartió a REFORMA, por su parte, el maestro rotulista Martín Hernández Robles, quien tiene más de 40 años de experiencia.

Él aprendió a hacer rótulos directo de su padre, como solían transmitirse los oficios, en el taller que al día de hoy pervive sobre República de Perú, en el Centro Histórico. Pero en él terminará este linaje, pues su única hija más bien heredó la pasión materna y es maestra de primaria. Aunque ha intentado enseñarle a sus sobrinos, sus intereses son otros.

Antes de que la rotulación tradicional empezara a decaer frente a los nuevos medios digitales, podía llegar a hacer de cuatro a ocho trabajos diarios; ahora, cuando menos uno al día.

A pesar de esto, no considera que se trate de un oficio en extinción, pues de unos años hacia acá ha habido mucho interés por parte de jóvenes, a quienes incluso ha impartido talleres.

«En México nunca ha existido, y habría que ponerse a trabajar en ello, en crear una escuela donde se capaciten todos estos jóvenes que están muy entusiastas. Eso va a traer ideas más actuales que van a revitalizar este oficio», destacó.

¿Lo considera un arte?
Sí, definitivamente. Aunque siempre mucha gente, sobre todo pintores de escuela, dicen que es un arte menor, o digamos que artesanía. Yo pienso que esto es un arte pequeño. Aquí hay mucho motivo de discusión para saber realmente, considerar qué es arte y qué no.
Además, hay otra cosa: el concepto que uno pueda tener sobre lo que es el arte puede definir muchas cosas, y eso puede ser muy clasista, desde los conceptos puramente académicos a los conceptos ya más de crear, de hacer formas.


PIDEN A MUSEOS CREAR COLECCIÓN

 


Si los rótulos son arte o no, opina la maestra en diseño gráfico Cristina Paoli, puede caer en lo filosófico y tornarse algo muy complejo.

«Yo sí lo considero arte, pero eso no es lo relevante. Lo relevante es que son parte de nuestra cultura; los rótulos en México han tenido un desarrollo muy particular y merecen ser preservados. No pueden ser silenciados por una mano ajena que no tiene conocimiento sobre el punto», reclamó la directora de Periferia Taller Gráfico.

«Sería muy importante que una institución tuviera el interés y los recursos para hacer una colección de rótulos», sugirió. «Ahora que algunos están en peligro, sería muy conveniente que alguna institución tomara esta causa para poder hacer una verdadera historia de los rótulos en nuestro País, y que se pudieran apreciar y estudiar más claramente».

Para Giovanni Troconi, autor de Diseño gráfico en México, 100 años: 1900-2000, si los rótulos están en riesgo es porque no hay la suficiente información ni investigación en torno a ello.

«Esto es gravísimo, porque esa es justamente la manera de que esto desaparezca, y muy rápido. Claro, debería haber una gran colección en los museos de arte moderno; hay que hacer una selección de todo este material y empezarlo a coleccionar, empezarlo a guardar, y los espacios propios me parece que deben de ser los museos.

«Pero, más allá de eso, tiene que dejarse una cosa muy seria escrita para que esto no desaparezca. De verdad que hay que hacer mucho más esfuerzo, hay que escribir más cosas», exhortó.

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