Durante los últimos meses, un equipo de ejecutivos de un
contratista militar visitó discretamente Israel en numerosas
ocasiones para intentar concretar la compra de NSO Group, la
empresa de espionaje cibernético que creó el polémico software Pegasus.
La empresa estadounidense L3Harris, que también tenía experiencia
con la tecnología spyware, se enfrentó con impedimentos sustanciales, empezando
con el hecho de que el Gobierno de Estados
Unidos había
puesto a NSO en una lista negra unos meses antes debido
a que Pegasus había sido ampliamente usado por varios
Gobiernos del mundo para espiar a opositores políticos, activistas de derechos
humanos y periodistas.
Pegasus es una herramienta de hackeo de «clic cero» que
puede extraer todo tipo de información de manera remota desde el teléfono móvil
de un objetivo, incluidos mensajes, contactos, fotos y videos sin que el
usuario tenga que hacer clic en un enlace de phishing para darle acceso remoto.
También puede convertir el teléfono móvil en un dispositivo de seguimiento y grabación.
NSO había actuado «en contra de la seguridad nacional o los
intereses de la política exterior de Estados Unidos», dijo la Administración
Biden al anunciar la inclusión en la lista negra en noviembre,
prohibiendo a las empresas estadounidenses hacer negocios con la firma israelí.
Pero cinco personas familiarizadas con las negociaciones dijeron que
funcionarios de inteligencia estadounidenses respaldaron directamente los
planes de L3Harris de comprar NSO, cuya
tecnología a lo largo de los años ha sido de gran interés para muchas agencias
de inteligencia y de aplicación de la ley en todo el mundo, incluidos el FBI y
la CIA.
Las conversaciones continuaron en secreto hasta el mes pasado, cuando se filtró
la noticia de la posible venta de NSO y provocó que todas las
partes se enfrascaran en discusiones.
Funcionarios de la Casa Blanca se dijeron indignados al
enterarse de las negociaciones y afirmaron que cualquier intento de empresas de
defensa estadounidenses de comprar una compañía incluida en la lista negra
encontraría resistencia.
Días después, L3Harris, que depende de contratos gubernamentales,
notificó a la Administración de Biden que había frustrado sus planes de
comprar NSO, según tres funcionarios del Gobierno de Estados
Unidos.
No obstante, varias personas familiarizadas con las conversaciones dijeron que
ha habido intentos de resucitar las negociaciones.