El Presidente Andrés
Manuel López Obrador afirmó que, aunque tomen la Torre de Pemex, no dará plazas
a trabajadores petroleros con influencias que sólo buscan anteponerse a quienes
las merecen por tener mayor antigüedad.
«Al mismo tiempo pues atender sus demandas justas, de los trabajadores,
pero no es ‘a ver, yo tomo la torre de Pemex porque a mí me tienen que dar los
contratos o las plazas’. Pues tómala, pero no te vamos a dar los contratos, las
plazas si no tienes razón y si vas a dejar afuera a trabajadores que tienen
antigüedad, o que no están cercanos a ti o no se mocharon. Eso ya de acabó,
nada más estar pendientes, atentos, todos los ciudadanos.
«Dije la otra vez que al
carajo y dicen que es una grosería, los marinos saben qué es que se vayan al
carajo, nada más que hay que buscarlo en el diccionario. Pero sí al carajo todo
eso, los términos que se usaban en la marinería», comentó López Obrador.
Ayer, durante más de cinco horas, cientos de trabajadores petroleros
bloquearon, protestaron y presionaron a los directivos de Pemex en sus oficinas
centrales… y la empresa cedió.
Los sindicalizados recibirán más plazas, tendrán apoyos para vacaciones, pago
de pasajes y créditos hipotecarios.
La sección 35 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana
(STPRM) arrancó el compromiso de Pemex de desbloquear cientos de plazas en
favor de los empleados transitorios.
A temprana hora, desde la refinería de Tula, Hidalgo, unos mil 200 petroleros
habían tomado varios autobuses para trasladarse a la Torre de Pemex, en la
Ciudad de México, e instalarse en plantón sobre los dos carriles de Marina
Nacional, en la Alcaldía Miguel Hidalgo.
Esta mañana, en conferencia en Palacio Nacional, el Mandatario federal explicó
que ahora su Gobierno busca corregir el procedimiento de entrega de plazas, lo
cual ha ocasionado inconformidades en algunos trabajadores.
«Que se busque dialogar y que las demandas justas sean atendidas. En el
caso de Pemex hay disposición para llegar a acuerdos; sin embargo, han habido
cambios para la entrega de las plazas, que antes se entregaban de manera discrecional
por parte de los líderes sindicales y no necesariamente se entregaban las
plazas a los que tenían más antigüedad, sino a los más cercanos o que tenían
más influencia.
«Eso se está corrigiendo y de ahí viene una inconformidad que hay que
atender, que hay que informarle a los trabajadores, y hay quienes siempre
quieren llevar agua a su molino, líderes charros que todavía hay, que sienten
que están siendo desplazados, sienten que ya no pueden seguir medrando y
azuzan. De todas maneras hay que atenderlos, pero no irnos con la finta, porque
había sindicatos poderosísimos y líderes sindicales que vivían rodeados de
atenciones, de privilegios», señaló.
López Obrador agregó que una cosa son los obrero y otra los dirigentes, por lo
que evitará que siga imperando el influyentismo y la corrupción.
«Una cosa son los trabajadores y obreros y otra cosa son los líderes o
dirigentes que viven o vivían de el influyentismo y de la corrupción, eso no se
puede permitir. Entonces, sí yo estoy pendiente de lo de los trabajadores»,
añadió.