Con su
voz como escudo y las canciones como bandera, Vicentico llevó
hasta un «pozo brillante» a los fans que lo veneran y apuestan por
él.
Luego de su presentación del viernes con la banda de sus amores, Los Fabulosos
Cadillacs, en la décima edición del Festival Pa’l Norte, ante miles de
espectadores, anoche el argentino regresó a tierras regias y se volvió a subir
a un escenario, pero ahora al del Auditorio Pabellón M.
Un selecto grupo de asistentes, que no fue mayor a 500,
atestiguaron la actuación de Vicentico junto a un guitarrista y un bajista.
En una sala que fue cubierta a la mitad con cortinas negras, el concierto se
tornó íntimo por la cercanía del público con el artista.
En medio de la penumbra, el intérprete apareció frente al micrófono a las 21:28
horas y comenzó el idilio con los regios.
De su reciente producción titulada El Pozo Brillante cantó
«¿Quién Sabe?».
Sentados cómodamente, los asistentes lo vitorearon y le tiraron algunos
piropos, entre ellos los de algunos caballeros: «te amo cu».
Vicentico no habló. Prefirió comunicarse a través de sus canciones.
Tres pantallas al fondo del escenario fueron el único adorno que enmarcó su
actuación.
Fueron a sus canciones las que guiaron hasta «el pozo brillante» en
el que habita el intérprete de «68», «Las Estrellas» y
«Creo que me Enamoré».
A veces con su guitarra colgada en hombros, otras frente a su teclado, el
cantante ofreció en su repertorio «No Tengo», «Cuando
Salga», «No Te Apartes de Mí», «Algo Contigo» y
«Solo un Momento».
«El Joker argentino», como lo apodan, supo sacudir las emociones de
sus fans que se regocijaron con él y sus canciones.
«Ya no me hagas llorar», expresó un hombre sentado en la fila D.
Una hora después de iniciado el concierto, el músico saludó.
«Hola, buenas noches amigas, amigos. Qué tal, ¿cómo están? Muchas gracias
por venir al
concierto. Es un placer presentarme yo solo con algunas canciones»,
comentó.
«¡Te amo Vicentico!», gritó una mujer.
«Demasiada Presión» fue un tema que invitó a ser coreado con el
argentino frente a los teclados.
Luego los gritos de los presentes se dejaron escuchar cuando le cantó a
«Los Caminos de la Vida».