Las
tuberías que componen la red de distribución de agua potable de la Capital
superaron hace más de 30 años su tiempo de vida útil, lo que provoca las
deficiencias en el servicio, como lo son las fugas y la reducción en la
presión.
Así lo establece el Plan General de Desarrollo elaborado por
el Gobierno capitalino que actualmente es sometido a consulta a través de la
plataforma Plaza Pública.
Además de la obsolescencia, esta infraestructura, compuesta por 13 mil 488
kilómetros de ductos primarios y secundarios, ha sido dañada por los
hundimientos en el suelo que son provocados por la sobreexplotación de los
pozos de agua y por los sismos.
«El abasto de agua para la Ciudad ha provocado una sobreexplotación de los
acuíferos, que a su vez induce el hundimiento (subsidencia) constante en
distintas partes de la Ciudad, lo que también conduce a vulnerar la red de agua
potable y de drenaje», subraya el Plan.
«El tipo de material utilizado no es el óptimo para la operación en
determinadas zonas de la Ciudad».
El documento refiere que se carece de registros que permitan determinar cuáles
son los tramos más vulnerables de la red hidráulica.
«Otro tema que cobra vital importancia para la operación del sistema, es
la falta de un catastro formal actualizado, ya que no se tiene certeza sobre la
antigüedad, materiales y características de una parte considerable de la red de
conducción», precisa.
En tanto, el sistema destinado a desalojar las aguas residuales también
presenta condiciones de deterioro, lo que se refleja en encharcamientos y en
riesgos de inundación.
«La vida útil de la red de drenaje ha sido sobrepasada en un alto
porcentaje y presenta problemas de funcionamiento; en la red primaria la
necesidad de sustitución se estima en 900 kilómetros, mientras que la red
secundaria se ha visto comprometida a causa de los sismos y requiere de
acciones de rehabilitación y sustitución en cerca del 80 por ciento de su
longitud», refiere el Plan.
Respecto a la disponibilidad de agua, el Plan prevé que esta se reduzca por el
calentamiento global, cuya principal afectación es la reducción en la capacidad
de recarga de los mantos acuíferos.
«El efecto del cambio climático ha disminuido la disponibilidad de las
presas del sistema Cutzamala, además de que la calidad del agua se ha
modificado con el tiempo, debido al crecimiento de asentamientos cercanos a los
vasos», plantea.