Xalapa, Ver., 19 octubre 2022.- el historiador Ariel Rodríguez Kuri,
concluyó con esta frase lapidaria su presentación del texto “Los Juegos
Olímpicos y el movimiento estudiantil de 1968”, editado por El Colegio de
México.
El acto fue parte de la conmemoración de los 50 años del Instituto de
Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV),
fue presentado el libro Museo del Universo.
Acudieron personalidades de la Universidad Veracruzana, académicos y
estudiantes, la presentación estuvo a cargo de Yovana Celaya Nández, la doctora
Amayrani Peralta López, comentó la obra, junto con el historiador Víctor Manuel Andrade Guevara,
y Ariel Rodríguez Kuri, autor, quien respondió a las inquietudes de los
comentaristas.
En sus respuestas nos da pistas del entramado de la ciudad de México
hace 54 años, la ciudad con su belleza, además de su apertura a la modernidad,
que enmarcan el contexto de los Juegos Olímpicos y el movimiento estudiantil
del 68, así como el autoritarismo del gobierno federal.
“El movimiento estudiantil y el encuentro deportivo no deben estudiarse
por separado, ya que de acuerdo al autor son acontecimientos que se encuentran
sobre imbricados. Son procesos simbióticos.
Profundizó su punto de vista en que el movimiento no tuvo como objetivo
el boicot de los Juegos Olímpicos, es fue el pretexto para justificar la
represión de que fueron víctimas, precisó.
Aludió a las reseñas de personajes significativos, para quienes no pasó
inadvertida la intervención de los cuerpos policiacos, lo que catapultó la
crisis. “La posibilidad de diálogo se perdió ante el discurso de Gustavo Díaz
Ordaz, el 1 de septiembre y con motivo de su cuarto informe de gobierno, ello
polarizó las posiciones; los estudiantes se radicalizaron mientras otros
sectores presionaron para recuperar la normalidad”.
Finalmente, Rodríguez Kuri, aconsejó observar el hecho histórico del 68
como una celebración de la juventud frente a sí misma, así como su posición
contra la actitud patriarcal del entonces presidente de la República. “He visto
momentos en que la historia se acelera, donde una semana es distinta a la que
sigue y un día no se parece al que viene; donde un discurso como el de Díaz
Ordaz o el de Eduardo Valle en la manifestación del silencio cambia el curso de
los acontecimientos”, subrayó.
Interesante obra, que va tejiendo voces, hechos, y visiones sin
descontextualizar la parte socio, cultural y política del México de esa época.
”Tenemos que comportarnos como historiadores y tratar de ubicar las cosas en su justa dimensión. No vamos a avanzar mucho diciendo ‘fue el Estado’ si no sabemos de quien ha sido la responsabilidad directa, porque lo que se requiere es justicia y no solamente memoria”, afirmó.