SE ACUSA A FAMOSOS DE SER CONTAMINADORES

SE ACUSA A FAMOSOS DE SER CONTAMINADORES

París, Francia 05 agosto 2022.- La presión sobre celebridades ha crecido por el excesivo uso de jets privados que provocan emisiones contaminantes, lo que los convierte en responsables de una importante huella de carbono y se les ha invitado a limitar este tipo de desplazamientos.

Después de publicar en Instagram una foto de su avión y de su compañero a mediados de julio, la estrella y empresaria Kylie Jenner fue calificada de «criminal del clima» por los internautas.

«Contaminador y criminal», tuiteó otro sobre el director Steven Spielberg, acusado de tomar un vuelo de 28 minutos.

Los memes, fotos y videos humorísticos también circularon burlándose de Taylor Swift después de la publicación de un análisis de la agencia de marketing Yard, que la clasificó como «la celebridad más contaminante del año», con 170 vuelos desde principios de año.

Yard se basó en los datos de la cuenta Twitter Celebrity Jets, que rastrea los vuelos de las celebridades a través de datos públicos en línea.

Jack Sweeney, un estudiante de 19 años, lanzó está cuenta. Comenzó en junio de 2020 siguiendo el jet privado de Elon Musk y ahora tiene 30 cuentas que rastrean a estrellas del deporte, al jefe de Meta, Mark Zuckerberg, e incluso a oligarcas rusos.

El sector aéreo es responsable de entre 2 y 3 por ciento de las emisiones mundiales de CO2 pero, según un informe de Transport & Environment, publicado en mayo, los vuelos privados causan una huella de carbono por pasajero entre 5 y 14 veces superior a los vuelos comerciales y 50 veces superior al tren.

Algunas estrellas reaccionaron ante la presión en las redes sociales. La semana pasada, un portavoz de Taylor Swift dijo en la prensa que ella «presta regularmente su jet a otras personas».

«Atribuirle la mayoría o todos estos vuelos es totalmente incorrecto», detalló.

El rapero Drake, señalado por un vuelo de 14 minutos entre Toronto y Hamilton, respondió en Instagram que el avión había sido trasladado para estacionarlo en otro lugar, «nadie estaba a bordo», afirmó.

«Peor aún si voló vacío», comenta Beatrice Jarrige, jefa de proyecto de la asociación Shift Project.

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