Casi dos años habían pasado desde que Ricky Martín había dejado pendiente su cita con la Ciudad de México. Su público ya ansiaba verlo, pero aún tendrían que esperar unos minutos después de la cita para reencontrarse con su ídolo. Fue en punto de las 21:22 cuando las luces se apagaron, y las pantallas comenzaron a proyectar su rostro, y enseguida comenzó a sonar «Livin’ la vida loca».
Los 52 mil asistentes del Foro Sol lo recibieron con gusto y se pusieron a cantar con él. Luego de saludar formalmente a la gente, el escenario se iluminó de morado, y el puertorriqueño hizo una dedicatoria a las mujeres. «Nos retrasamos un poco, pero es que la ciudad está paralizada por una causa muy importante», expresó.
«Yo celebró a la mujer todos los días de mi vida, pero hoy se lucha por ella en todos los países. Este show va dedicado para ti, para las que están presentes y las que ya no están. Dejo mi alma en este escenario por ustedes, gracias por darnos la vida. Gracias México, y gracias a las mujeres, aquí tienen un aliado», continuó, antes de entonar el tema «Tiburones»
Al terminar ese emotivo momento, un grupo de músicos con tambores hicieron un performance, mientras sonaba repetidamente en coro de «I don’t care». Con gran energía, el puertorriqueño regresó al escenario, decidido a enloquecer a sus admiradores, portando una camiseta sin mangas, que dejaba al descubierto los tatuajes de sus brazos.
Su repertorio continuó con «Lola, Lila», «She bangs» y «Shake». Todos los asistentes levantaron uno a uno las manos, cuando Riky les pidió elevarlas en el aire y moverlas al ritmo de la música. «¿Qué se siente México?», gritaba entre canciones.
Tras esos instantes de fiesta, el ambiente pasó a la nostalgia. «Voy a entrar en una faceta un poco romántica», advirtió. «Este concierto debió pasar dos años atrás y finalmente estamos listos para lo que viene», continuó el cantante.
