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Presentan el libro
El espíritu del 22. Un siglo de muralismo en San Ildefonso
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El muralismo
mexicano es uno de esos temas de los que parecía que todo estaba dicho…
Parecía.
CDMX,
28 de noviembre. – El espíritu del 22. Un siglo de muralismo en San Ildefonso,
volumen publicado por Libros UNAM y el Colegio de San Ildefonso, presenta una
revisión de la historia que trasciende el discurso de su origen revolucionario
e institucional y revela nuevas luces: lo muestra como un movimiento de ruptura
estética más allá del desplazamiento del caballete al muro. Entre otros
aportes, recupera el papel que tuvieron las mujeres, pintoras que participaron
en su creación y cuyos nombres han sido soslayados de la narrativa histórica.
Integrado
por ensayos de diversos investigadores, el libro coordinado por Eduardo Vázquez
Marín y Carmen Tostado fue presentado en la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara. Con él, la UNAM celebra un siglo del movimiento muralista.
“El
muralismo empezó en la Universidad, en San Ildefonso”, afirmó la coordinadora
de Cultura UNAM, Rosa Beltrán, al presentar el título en el que participó
también el Instituto de Investigaciones Estéticas, entre otras dependencias.
Sobre
el muralismo, advirtió Beltrán, se han mantenido una serie de prejuicios que
ahora son puestos a revisión. “Casi siempre que pensamos en los muralistas,
recordamos nada más tres, pero son muchos más. Y, además, son también mujeres.
El prejuicio sobre la historia del muralismo es narrativo […] Éste tiene más
que decirnos que la simple narrativa de un proyecto de gobierno”.
Y en
el caso de las mujeres, implica una doble ruptura, consideró. “Es la primera
vez que se ponen overol –que era un uniforme de trabajo obrero–, y suben a los
andamios, se cambian su fisonomía: se cortan el pelo, es una provocación”,
señaló en torno al capítulo que la investigadora Dina Comisarenco le dedica a
figuras como Aurora Reyes, quien pintó el primer mural hecho por una mujer en
México: Atentado a las maestras rurales (1936), que denuncia violencias físicas
contra las educadoras rurales en aquel tiempo.
“Este
libro es un parteaguas en la historia del muralismo mexicano”, aseguró la
escritora y editora Laura Emilia Pacheco, quien dedica un apartado a un tema
poco explorado: la importancia de Fernando Leal como pionero de una ruptura
temática y formal, que surgió cuando era parte de la Escuela de Pintura al Aire
Libre, en donde el “colonialismo del gusto” fue desplazado por una mirada al
interior de México, que se enriqueció con la llegada de artistas como Fermín
Revueltas, Leopoldo Méndez, Ramón Cano o Jean Charlot.
“Al
muralismo debemos quitarle ese aire de piedra, de objeto nacionalista de culto,
y volverlo a mirar con el enorme valor, riqueza y riesgo que significó su
inicio”, consideró Leonardo Lomelí Venegas, secretario general de la UNAM.
Este
libro puede leerse como un relato, apuntó Eduardo Vázquez, coordinador
ejecutivo del Mandato del Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Fuente:
UNAM