«Tu con tu magia y elegancia controlabas aquellas
pedradas que yo te ponía».
Fue el encuentro de dos referentes del Barcelona de la
primera década de este milenio, lo permitió la Ceremonia de Investidura al
Salón de la Fama, la evocación de un recuerdo entre presentador e inducido.
Fueron las palabras de Rafael Márquez al brasileño Ronaldinho
Gaúcho al cerrar la pasarela de leyendas que ingresaron al recinto en su 10a.
Generación.
El segundo «Cinco Copas» mexicano inició su mensaje
de presentación de su amigo con aquel pasaje de la Copa Confederaciones del 99,
cuando lo enfrentó en la Final y con la instrucción especial del entonces
director técnico del Tricolor, Manuel Lapuente, de marcarlo.
«Me dio una importante tarea que era tratar de marcarte.
No me quedó más remedio que darte uno que otro recuerdito, marca de la
casa», apuntó.
De ahí se ratificó la admiración que ya sentía por el que más
tarde se volvería su compañero en el conjunto blaugrana.
«Me sorprendió tu manera de saltar las líneas, tu capacidad
de controlar el balón, tu magia para quitarte a cuanto adversario se ponía en
frente. Era lo imposible o posible porque lo intentabas tú. Era lo
imprevisible. Incluso, en algún momento pareciera que estuvieras bailando
samba, que eso se te da también muy bien», aseguró Rafa.
En las palabras del ex zaguero mexicano también se recalcó la
etapa de ambos en Francia, Márquez con el Mónaco y Ronaldinho en el PSG.
«Años más adelante llegamos a un Barcelona necesitado y
que hoy lo puedo decir con mucha certeza y sin temor a equivocarme que no había
nadie más, más que tú, el que podías cambiar la historia de ese gran club, con
ese carisma, con esa actitud, con esa sonrisa, que a todos nos tranquiliza, que
a todos nos ponías de buenas», agregó.
Pese a su mirada inalterable, Ronaldinho dio señales de
conmoverse con el cierre del mensaje de Rafa.
«Hoy te has convertido en una leyenda, pero me quedo con
aquellos momentos en el vestuario, en los entrenamientos, fuera de las canchas
donde pudimos convivir y tener esta gran amistad.
«Eras atrevido, potente, mágico, alegre, feliz, pero
sobre todo, Ronnie, el gran ser humano».