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Durante la pandemia se triplicaron los
pacientes que solicitaron ayuda profesional a causa de ellos
Ciudad de México, 06 de octubre.
– El bombardeo de estereotipos sobre la belleza corporal y una cultura de la
delgadez extrema han causado un aumento significativo en el número de casos de
Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia, la bulimia y los
llamados atracones, lo cual ha generado un serio problema de salud pública en
nuestro país que afecta principalmente a mujeres adolescentes, advirtió Rocío
Ivonne de la Vega Morales, investigadora de la Facultad de Psicología (FP).
De acuerdo con datos de la
Encuesta Nacional de Salud, cada año en México se registran en promedio 20 mil
nuevos casos de bulimia y anorexia entre jóvenes de 12 a 17 años, lo cual,
según la especialista universitaria, puede explicarse por la enorme penetración
de los mensajes que se multiplican a través de las redes sociales y medios de
comunicación, con estereotipos que inducen a las y los jóvenes a procurar
cuerpos físicamente más cuidados, como sinónimo de éxito y aceptación social.
Aunado a lo anterior, comentó que
en los dos últimos años, durante la pandemia, también se triplicaron los
pacientes que solicitaron ayuda profesional a causa de algún trastorno
alimenticio. “El encierro hizo que muchas adolescentes se dieran cuenta que no
estaban sintiéndose a gusto con su cuerpo y empezaron a realizar dietas
restrictivas, a tener cambios importantes en su alimentación y,
simultáneamente, trataron de dedicar más tiempo a hacer ejercicio de una manera
obsesiva”.
Añadió que además de los cambios
físicos naturales que se dan en la etapa de la pubertad y la adolescencia, muchas
veces marcados por la insatisfacción corporal, éstos se conjugaron con el
confinamiento y al pasar mucho más tiempo consultando las redes sociales y en
particular en Instagram, las y los jóvenes buscaron una mayor identificación
con sus personajes o artistas modelo, que en su mayoría se presentan con una
forma de vida fitness, aumentando con ello el factor de riesgo para la
aparición de más casos de pacientes con TCA.
La universitaria explicó que el
miedo a la maduración es otro factor que propicia dichos trastornos. Se
presenta con mayor incidencia en la pubertad y la adolescencia; muchas de las
jóvenes prefieren quedarse bajo la protección del núcleo materno, pues tienen
dificultades para asumir responsabilidades y decisiones propias de su edad para
resolver problemas de la vida cotidiana; es en ese ambiente de sobreprotección
en el que gran parte del tiempo se concentran en el cuidado físico, en el cómo
se ven y cómo se sienten en su peso y en su talla. Cuando prevalece la
insatisfacción corporal, es cuando se golpea la autoestima y empiezan a querer
controlar rigurosamente y por todos los medios su alimentación para mantener la
imagen deseada.
La también profesora de la FP
enfatizó que dentro del seno familiar también hay factores que detonan o disparan
este tipo de trastornos, como por ejemplo los malos hábitos en la alimentación
que derivan en sobrepeso y obesidad, lo cual genera una preocupación expresa de
los papás que señalan que a sus hijas nadie las va a querer como pareja o nadie
les va a dar trabajo debido a su peso; esto genera una presión adicional que
orilla a las jóvenes a recurrir a dietas exageradamente restrictivas e incluso
llegar al extremo de hacer competencias dentro de la misma familia para ver
quién baja más rápido de peso.
Consecuencias
De la Vega Morales resaltó
algunas consecuencias que se pueden presentar cuando no se atiende
oportunamente los TCA. En el caso de la anorexia nerviosa las primeras
afectaciones se observan claramente en el ámbito físico con una aguda
desnutrición que va dañando algunos órganos, por ejemplo, en los huesos que
manifiestan primero una osteopenia, que es una baja densidad ósea, siendo una
enfermedad aún reversible, pero cuando se complica y llega a un grado mayor, se
convierte en una osteoporosis, de la cual ya no hay regreso.
También puede generar daños en el
corazón y las personas llegan a padecer bradicardia y su ritmo cardíaco se
vuelve más lento; obviamente toda esta parte de un mal bombeo de la sangre en
el cuerpo puede traer mayores problemas y consecuencias fatales.
Por último dijo que, un factor
psicológico que se manifiesta con mayor frecuencia en pacientes con algún tipo
de TCA es el del aislamiento social, normalmente generado por el tipo de
alimentación que llevan. Optan por no salir a comer a la calle ni con los
amigos; no quieren ver a nadie y se guardan por mucho tiempo dentro de su casa;
incluso, se aíslan de la propia familia que por lo regular es la primera en
notar los cambios de conducta.