Pedro Peñaloza
“La burguesía reina, pero no gobierna”
Karl Kautsky
La toma por parte de un
destacamento de marinos de tres tramos ferroviarios concesionados a Grupo
México, empresa de Germán Larrea, significó el primer enfrentamiento
presidencial con uno de los hombres más ricos de México, para ser exactos, el
segundo, después de Carlos Slim.
Recordemos quién es
Larrea: millonario fruto de la herencia de su padre Jorge Larrea Ortega y
favorecido por las concesiones oficiales. En 1994 fue ungido como presidente
del Consejo de Administración y director general de Grupo México. Un
antecedente importante: en 1988 la Compañía Minera Cananea, que después
adquiere el nombre de Grupo México, compró las acciones gubernamentales de la
quebrada minera La Caridad, lo que la convirtió en la principal empresa
productora de cobre en el país.
Algo que no puede
olvidarse es la explosión en la mina de Pasta de Conchos, que dejó un saldo de
65 trabajadores muertos. Donde la complicidad del dirigente Napoleón Gómez
Urrutia y la displicencia del gobierno, permitió la impunidad del
multimillonario. Ahora este personaje, según Forbes, tiene una fortuna que
asciende a 30 mil 850 millones de dólares, la cual sigue creciendo al ritmo de
la explotación del proletariado minero. Es el típico parásito que tiene como
brújula al dios del dinero.
Antes de este
desencuentro con López Obrador, Larrea era un empresario aliado de los
gobiernos en turno, incluido el actual. Su lógica, como la de otros como él, es
muy práctica y cínica, mientras no tocaran sus intereses era un jugador
silencioso. No olvidemos que el habitante de Palacio ha mantenido una política
de acuerdos con la élite económica, incluso los convirtió en su comité asesor
empresarial. Dejando en el olvido su “radical” combate a la “minoría rapaz”,
prefirió consentirlos y no tocarlos ni con el pétalo de una reforma fiscal.
Es dudoso que el
tabasqueño cambie su relación con los dueños del dinero. Ya en las últimas
horas, se anuncia un acuerdo de Larrea, quien tiene ¡trescientas concesiones
del gobierno! Es previsible que pacte alguna salida con el potentado y vuelvan
a ser cómplices. Es la negociación entre pragmáticos y simples guardianes del
poder hegemónico.
Recordemos que López
Obrador es un radical sólo de palabra. Ya vimos su abyecta actitud ante la Casa
Blanca y el tema de los migrantes. No será distinto con los más ricos de
México. ¿Se atreverá a abrir otro frente de ruptura? Máxime que los necesitará
para la elección de 2024. Por lo pronto, tiene el dedo en el gatillo apuntando
a las empresas que tienen concesiones del Estado. Tiempos inciertos se
avecinan.
@pedro_penaloz