Organizaciones civiles y la Secretaría de Medio
Ambiente (Sedema) elaboran una norma para que edificaciones estén obligadas a
la instalación de sistema de reciclaje de las aguas residuales que provienen de
duchas, bañeras y lavamanos.
«Es una norma técnica de reúso de aguas
grises para consumo doméstico no potable, que no sea beber o cocinar, sino para
la lavadora de ropa o el riego de áreas verdes», expuso el director de
Desarrollo Urbano de World Resources Institute (WRI), Pablo Lazo.
De acuerdo con el Reglamento de Construcciones de
la Ciudad de México, toda edificación nueva de más de 200 metros cuadrados debe
canalizar la lluvia a una cisterna destinada a los inodoros.
La nueva normativa, que se encuentra en proceso de
justificación para ser elaborada y próxima a ser trabajada por un comité de
normalización, busca extender las alternativas con tal de disminuir el consumo
de agua potable.
«Es infraestructura gris, en la que se pide a
los proyectos residenciales tener doble tubería para sacar, por un lado, las
aguas negras al drenaje y, por otro, las aguas grises hacia pequeñas plantas de
tratamiento de reúso no potable», apuntó Lazo.
Al recircular el agua, con tecnologías accesibles
en el mercado, disminuirá la demanda de la red pública, planteó.
«A través de un sistema interno de reúso, el
consumo de agua puede llegar a un ahorro de 35 a 45 por ciento», apuntó el
experto.
El grupo que prepara la norma está por definir si
también incorpora la obligación de instalar sistemas colectores de lluvia, como
una manera de reducir durante tormentas las descargas en el drenaje, lo que
reduciría los encharcamientos.