Es común ver que durante la Semana Santa a los
santos y los crucifijos son cubiertos con una manta color morado, color propio
de los tiempos penitenciales de la Iglesia. ¿Pero qué significado tiene esa
acción dentro de la Iglesia? ¿A qué reflexión debe llegar el cristiano cuando
en Semana Santa vea las imágenes cubiertas? Inclusive en nuestros tiempos
muchos ignoran -como aquel pequeño- el significado de estas prácticas propias
de la Iglesia. Esta costumbre de la Iglesia Católica encierra varios
significados y honra una tradición de siglos. Se cubre con lúgubre velo la
Santa Cruz. El objeto casi único de nuestra meditación durante estos días serán
la Pasión y la Resurrección de Cristo.
Hay indicios exteriores de duelo: las imágenes de
los Santos cubiertas. Pues la Iglesia no quiere distraer su mirada con las
bellas esculturas, con los esplendores del arte. Ni siquiera con los metales
que adornan el signo de la Cruz. Son días de duelo que lloramos al Esposo
divino. La Iglesia se cubre con el velo de la viudez. El tiempo de Pasión está
consagrado de un modo especial al recuerdo de los sufrimientos de Cristo por el
que hemos obtenido la redención. Por eso, cuando veamos el templo vacío, porque
ninguna de las imágenes sea visible, pensemos que eso sucede en la Iglesia
cuando Cristo no está. Si Jesús no hubiera resucitado, nuestra fe sería vana, y
las imágenes en el templo no tendrían ningún sentido. La Iglesia en su
sabiduría quiere enseñarnos eso, que el sentido de nuestra fe, es la
resurrección de Nuestro Señor