Cd. de México (29 marzo 2022).- Las playas
paradisíacas y aguas cristalinas de la Riviera Maya, conocidas por el turismo a
nivel mundial, están en riesgo por la contaminación que implicará la
construcción y operación del Tren Maya, alertaron expertos.
La semana pasada, grupos de la sociedad civil y ambientalistas acusaron que el
nuevo trazo del Tramo 5 del Tren, llevado selva adentro sin estudios
ambientales ni geofísicos, cruzará sobre el río subterráneo más grande del
mundo.
Se trata del sistema Dos Ojos Sac Aktun, de más de 376 kilómetros de galerías
inundadas, entre otros grandes sistemas subterráneos, y que para instalar las
columnas que lo sostengan se romperán los techos de piedra caliza de las
cuevas, lo que dañará al ecosistema interno de cada una.
«(Con la construcción del megaproyecto) se truenan los techos (de las
cuevas), se afecta a los ecosistemas subterráneos, se contamina el agua,
tenemos ahora la entrada de bacterias, algas, que no entraban antes y toda esta
agua que era limpia va a llegar chocolatosa, sucia, al Mar Caribe afectando la
barrera de arrecife de coral», advirtió Roberto Rojas, presidente del
Círculo Espeleológico del Mayab.
Explicó que el Mar Caribe no comienza en las playas ni en el hotel, inicia
desde sus cuencas de captación y los ríos subterráneos, de tal manera que todo
lo que ahí se arroje en un par de días llega al mar donde van a nadar los
turistas.
Antes
de la pandemia, en 2019, la Riviera Maya registró una ocupación de 77.1 por
ciento y Cancún de 72.7 por ciento, al aeropuerto de éste último arribaron 12.7
millones de pasajeros vía aérea, de los cuales 4.5 millones fueron nacionales y
8.1 millones fueron internacionales, de acuerdo a datos de la Secretaría de
Turismo (Sectur).
«Se está vulnerando no sólo la salud ambiental local y los ecosistemas,
también se está vulnerando la salud humana y la economía local.
«El mar enfrente de Playa del Carmen en ciertas ocasiones huele a drenaje,
quién va a querer nadar ahí, ¡nadie! se va el turismo, nos vamos de aquí, se
queda sólo, se acaba la economía y se acabó el paraíso», puntualizó.
Además, con la vibración y paso de máquinas, ruptura de los techos de las
cuevas y el posterior paso del transporte ferroviario, y el peso que significa,
existe el riesgo de colapsos del suelo, como ha sucedido en diversos tramos de
la carretera 307, lo cual advirtieron especialistas locales a la Sedena y a
Fonatur sin ser escuchados.
«El mismo proyecto está vulnerado por sí mismo, porque van a tener que
luchar contra cientos y cientos de cuevas y ríos subterráneos que se irán
encontrando en el camino, haciéndolo más caro y más difícil», sentenció
Rojas.