“Es
muy doloroso, muy doloroso. Son personas destruidas por quien tenía que
haberlas ayudado a madurar y a crecer. Eso es muy duro. Aunque hubiera un solo
caso, es monstruoso que la persona que te tiene que llevar a Dios te destruya
en el camino. Y sobre esto no hay negociación posible”, afirma.
El
Papa habla del perdón
En cuanto a si la sociedad percibe que la Iglesia
actúa con decisión y sobre el perdón, el Papa señala que “el hecho de estar
caminando en esto es un buen camino. Ahora, no depende sólo de nosotros que se
logre o no se logre el perdón”.
Pero, añade, “hay una cosa que quiero decir. Hay que
interpretar los problemas con la hermenéutica de su época (…). La hermenéutica
de antes era esconder todo, como por desgracia ahora se hace en algunos sectores
de la sociedad, como las familias y los barrios”.
Preguntado
sobre si tiene alguna explicación para los encubrimientos de otras épocas,
responde: “Es un progreso de la humanidad que se va haciendo cargo cada vez más
de cuestiones morales que no tienen que subsistir así. Tomar cada vez más
conciencia. Y esa fue la valentía de Benedicto”, agrega en referencia al Papa
emérito.
Según estadísticas, dice Francisco, entre el 42 y el
46 por ciento de los abusos se producen en ámbito familiar o en el barrio, y se
tapan.
“Nosotros hacíamos lo mismo hasta que saltaron los
escándalos en Boston en torno a 2002. ¿Por qué? Mi explicación es esta: no hay
fuerza suficiente para encararlos. Ojo, comprendo que no sepan cómo encararlos,
pero no los justifico”.
“Primero la Iglesia los tapaba -relata-, luego tuvo
la gracia de ampliar la mirada y de decir ‘no’, hasta las últimas
consecuencias”.
Sobre la situación en Ucrania dice: “Hacemos lo que
podemos. No hacen caso. Lo que pasa en Ucrania es de terror. Hay una crueldad
enorme. Esto sí que es gravísimo y es lo que continuamente denuncio”.