Los servicios de salud que otorga Pemex a sus trabajadores
también operan con desabasto de medicamentos debido a ineficiencias ya
detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
La petrolera, advirtió la ASF, ha demorado más del plazo legal para cerrar
contratos con farmacéuticas que han ganado licitaciones de compras
consolidadas.
Ello, a su vez, ha derivado en que los derechohabientes tengan que comprar
directamente su medicina para que se les reembolse el costo.
Sólo en 2020, Pemex ejerció mil 620.6 millones de pesos para la compra de
medicinas y productos farmacéuticos, y de esa cantidad 830.8 millones de pesos,
que representan el 51.3 por ciento, los gastó bonificando a los
derechohabientes por haber surtido por su cuenta la receta o bien pagando
directamente al proveedor.
Si bien el esquema de «compra directa» está permitido por la
normatividad de Pemex, no garantiza las mejores condiciones de precio y
calidad.
Al revisar una muestra de recetas surtidas por fuera y pagadas
por Pemex, la ASF encontró que Pemex erogó 6.9 millones de pesos por
medicamentos que, de haber surtido oportunamente mediante los contratos de la
compra consolidada de la Secretaría de Hacienda, le hubiera significado un
desembolso de 1.2 millones de pesos.
También consideró que es muy alta la proporción de medicamentos obtenidos por
esa vía, 51.3 por ciento, y lo asoció a la falta de oportunidad con la que
Pemex formalizó los contratos de la compra consolidada que llevó a cabo la
Secretaría de Hacienda para todo el Sector Salud.
En 2020, Pemex se puso como objetivo surtir el 90 por ciento de las recetas,
sin embargo, sólo alcanzó el 60.2 por ciento, una cifra inferior en 13.7 por
ciento con respecto a 2019.
«En 130 contratos con un monto mínimo de 74.5 millones de pesos no hubo
cumplimiento, ya que no reportaron flujo de efectivo, ni devengado; tampoco se
generaron órdenes de surtimiento, ni registraron entradas al almacén en el
ejercicio 2020», señaló.