CDMX, 17 de diciembre. – La
principal tarea es ajustarnos a un presupuesto básico para satisfacer las
necesidades esenciales, sin arriesgar el patrimonio ni recurrir a deudas
impagables, recomienda Norman Wolf, de la Facultad de Contaduría y
Administración
Las posibilidades de que en 2023
nuestro país enfrente una contracción económica son muy altas por lo que la
mejor manera de enfrentar una eventual recesión es elaborando una buena
planeación financiera personal y familiar en la que la principal tarea sea
ajustarnos a un presupuesto básico para satisfacer las necesidades esenciales,
sin arriesgar el patrimonio ni recurrir a deudas impagables, aseguró Norman
Wolf del Valle, profesor-investigador de la Facultad de Contaduría y
Administración.
El especialista en finanzas
personales consideró que aún estamos a tiempo para planear nuestro presupuesto
del próximo año, pues incluso cuando la mayoría de las familias cuenta con
ingresos adicionales y un mayor flujo de dinero por los aguinaldos o las cajas
de ahorros, lo recomendable es ser prudentes y abrir un espacio para planificar
detenidamente nuestros gastos, antes de que se desborden los deseos de las
compras compulsivas.
Destacó que las expectativas económicas
no son alentadoras y se anticipan escenarios muy complicados en cuanto a las
tasas de crecimiento, desempleo, inflación y aumento en tasas de interés, por
lo que una buena planeación financiera resulta de gran relevancia,
principalmente para calendarizar los pagos de impuestos, servicios, tenencias,
colegiaturas o viajes y se evite al máximo el uso de las tarjetas de crédito,
cuyas tasas de interés están elevadísimas.
De igual forma, subrayó, es
momento para revisar y eliminar de nuestro presupuesto todos aquellos gastos y
servicios innecesarios que durante el año vamos realizando y que al final
terminan siendo una fuga considerable de dinero, como la contratación de
aplicaciones para nuestros dispositivos móviles o el pago de hasta tres o
cuatro plataformas digitales que muchas veces ni siquiera utilizamos.
“Por querer ver una película o
una serie contratamos dos o tres plataformas y lo más seguro es que no las
utilicemos diario o no las volvamos a ver en todo el año, y ahí hay una fuga
importante de recursos. No está mal que queramos disfrutar y tener momentos de
esparcimiento, pero lo mejor es poder planearlo y cuantificarlo.”
Falta el hábito del ahorro
Por otra parte, Wolf del Valle
indicó que, desafortunadamente, la gran mayoría de los mexicanos no tenemos el
hábito ni la disciplina para ahorrar y menos aún para invertir y preferimos
guardar los ahorros en alcancías o debajo del colchón, con lo cual el dinero
está perdiendo valor por el efecto inflacionario.
Resaltó que, de acuerdo con datos
de la más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera elaborada por el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 40 por ciento de la población de
entre 18 y 70 años de edad no cuenta con ningún ahorro y 54 por ciento de las
personas que lo tiene es a través de canales o mecanismos informales, como las
tandas o los esquemas Ponzi, que son una forma de estafa piramidal;
supuestamente pagan altas utilidades, pero terminan siendo un fraude y la gente
no únicamente no ahorra, sino que además pone en riesgo su patrimonio familiar.
En ese sentido, comentó que una
buena opción para quienes quieran empezar a invertir está en los Certificados
de la Tesorería de la Federación (CETES), que emite el gobierno federal; son
instrumentos seguros de menor riesgo y se pueden adquirir directamente, sin
intermediarios, mediante una plataforma vía internet muy amigable, utilizando
una tarjeta de débito y se puede hacer desde cien pesos, sin ninguna
restricción.
Precisó que hay otras opciones
como los bonos corporativos, que ofrecen mayores rendimientos, aunque también
son instrumentos con mayor volatilidad y de mayor riesgo. Pero lo más
importante, es que el mecanismo que se elija, se encuentre regulado por el sistema
financiero mexicano.
Fuente: UNAM