Vamos
avanzando, somos igualmente científicas y tenemos otra forma de aplicar la
ciencia: Itzel Guerrero Ríos
En la
UNAM representan más de 45 por ciento de quienes estudian esta disciplina a
nivel licenciatura, asevera con motivo del Día del Químico
Ciudad de México, 30 de noviembre.
– La química está en todos los ámbitos de nuestra vida: en la naturaleza,
alimentos, medicinas, ropa, baterías, cosméticos, gasolinas… En este sentido,
el Día del Químico -que se celebra el 1 de diciembre- es un reconocimiento
social a las contribuciones que los profesionales de esta disciplina realizamos
a la sociedad.
En entrevista, la profesora de la
Facultad de Química (FQ) de la UNAM, Itzel Guerrero Ríos, afirma lo anterior y
añade que esta carrera de larga tradición como la física, matemáticas y
biología, es una ciencia fundamental que comparte una sólida formación teórica
con experimentación y múltiples aplicaciones prácticas, por lo que desde sus
inicios está en contacto con la industria y con la sociedad.
Todas sus áreas han efectuado
importantes aportaciones: química orgánica (con el desarrollo de nuevas moléculas
y el estudio de compuestos orgánicos que tienen en su estructura molecular
carbono, y se combina con hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y azufre); inorgánica
(centrada en la estructura, enlaces y propiedades de los materiales); analítica
(que estudia, desarrolla y mejora los métodos y las herramientas con el fin de
estudiar los compuestos de una muestra).
Asimismo, fisicoquímica (dedicada
a los fundamentos físicos de la química); bioquímica (dirigida al estudio de la
composición básica de los seres vivos y sus moléculas); además de la ingeniería
química (que es la aplicación de la ciencia al proceso de convertir materias
primas en productos más aprovechables o de mayor valor) entre otras, destaca la
especialista.
Visibilización mayor
A partir de los inicios del siglo
XX, ellas participan paulatinamente en el ejercicio de esta ciencia natural,
con notables ejemplos como Marie Curie, quien descubrió el radio y el polonio,
razón por la cual recibió el Premio Nobel de Química; y Rosalind Franklin,
quien participó con James Watson y Francis Crick en el descubrimiento de la
estructura del ADN; los dos últimos recibieron el Nobel, pero ella no.
“Ahora las mujeres tenemos una
visibilización mucho mayor, y unas han inspirado a otras a estudiar una carrera
en química y esto lo vemos en nuestra Facultad. Tenemos siempre, a nivel de la
licenciatura en química, un porcentaje por arriba del 45 por ciento de mujeres
respecto a la población que ingresa a la Facultad de Química”, acota.
No obstante, esta cifra se reduce
a 25 por ciento cuando ingresan a maestría y doctorado, o a las posiciones de
docencia e investigación, básicamente por el nacimiento y crianza de los hijos,
situación que considera un paradigma social.
“Vamos avanzando, somos
igualmente científicas y tenemos otra forma de aplicar la ciencia, lo que da al
conocimiento otro punto de vista, por eso es importante seguir considerando a
las mujeres en esta profesión”, comenta Guerrero Ríos, también coordinadora de
la carrera de Química en la FQ.
Respecto a cuántos profesionales
de esta disciplina hay en México, la especialista refiere que, de acuerdo con
el Anuario Estadístico de la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior, en 2018-2019 había aproximadamente mil 300
profesionales egresados, mientras que en los últimos cuatro años cerca de
cuatro mil egresados de las 18 universidades a nivel nacional que ofrecen
estudiar esta disciplina.
“Hay un buen número saliendo de
las universidades, además de las carreras asociadas, como ingeniero químico o
químico fármaco biólogo, entre otras”, agrega.
La científica expuso también que
de acuerdo con la Asociación Nacional de la Industria Química, en los últimos
diez años el sector aportaba 1.1 por ciento al producto interno bruto nacional;
en 2021 se duplicó a 2.2 por ciento. “Esto significa que la industria química
nacional está tomando un auge muy importante”.
Aplicaciones
Guerrero Ríos enfatiza que en la
FQ los alumnos experimentan -a partir de los primeros años- la “química verde”,
la cual consiste en que los procesos generen menores residuos, sean menos
tóxicos y utilicen poca energía para reducir impactos en la sociedad, entre
otros aspectos. “Busca tener, si no es posible cero impactos ambientales, los
mínimos para respetar las tres P: la persona, el planeta y el producto”.
La experta precisa también que la
industria requiere de laboratorios nacionales, y por ello con frecuencia se
relaciona con los que cuentan las universidades para proponer soluciones a
problemas puntuales en un proceso en específico.
Además, hay numerosos mecanismos
en los cuales la investigación y la aplicación industrial convergen para dar
respuesta a la creación de fármacos, baterías, nuevos materiales, etcétera, que
son necesarios para el país. En materia ambiental, por ejemplo, la química es
un jugador importante para aprovechar los residuos al reciclarlos y utilizarlos
para algo útil, asevera la universitaria.
Fuente: UNAM