Durante poco más de 45
años, Gloria Gervitz mantuvo un único pero fructífero proyecto literario: el
monumental poema Migraciones, mismo que llegó a su fin.
Este 19 de abril, a los
79 años de edad, con su muerte, la poeta dejó tras de sí, en su migración
última, las más de 270 páginas de versos que conformaron este empeño, definido
como uno de los poemas más singulares de la lengua española por el jurado del
Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, uno de los más prestigiosos de la
lengua, cuando galardonó a la autora en su edición 2019.
No era para menos: según relataba, en algún
momento de 1976, entre agosto y septiembre, una tirada de versos le vino de
súbito a la mente y comenzó con el proyecto de su vida.
«En las migraciones de los claveles rojos
donde revientan cantos de aves picudas / y se pudren las manzanas antes del
desastre / ahí donde las mujeres se palpan los senos y se tocan el sexo / en el
sudor de los polvos de arroz y de la hora del té», escribió entonces.
Y jamás se detuvo: Gervitz bien llamaba hogar a
ese poema, que retrata tanto la migración de su familia judía desde Europa del
Este hasta las migraciones metafóricas hacia el interior.
Ya en 2019 comenzaba a prepararse para cerrar su
puerta con llave
«El poema ha acabado por ser algo así como
una casa, como un refugio, y entonces ahorita me estoy dando cuenta de que los
dos nos estamos dejando solos. Eso me crea un sentimiento de orfandad»,
dijo la poeta mexicana en una entrevista con REFORMA ese año.
Siempre discreta, alejada de los reflectores y de
cualquier capilla literaria, Gervitz concebía a la poesía como un acto de
generosidad absoluto: «La poesía es un misterio, es un regalo, es un
regalo extraño, porque creo que se le da al poeta con la condición de que él, a
su vez, la dé: es un regalo para ser dado», declaró.
Así, ese único pero infinito regalo que dio al
mundo, Migraciones, fue publicado, primero, en libros distintos, originalmente
llamados Shajarit (1979) y Yizkor (1987), y luego reunidos con una tercera
parte, Leteo, pero ya con el título general de Migraciones, desde 1991.
Todas las subsecuentes secciones, hasta llegar a
siete libros, se fueron agregando a este proyecto, hasta que, en 2017, para la
edición de Mangos de Hacha, la más completa a la fecha, decidió eliminar todos
los subtítulos y dejar el poema como una sola unidad.
«Creo que nos estamos dejando, creo que
realmente está comenzando un proceso de separarnos él y yo, e incluso, de algún
modo, me lo está diciendo el mismo poema», decía Gervitz sobre su obra en
2019.
A la espera de una edición definitiva de
Migraciones, los últimos versos impresos prefiguraban ya que, aunque la muerte
llegara, Gervitz viviría por siempre en su gran poema y hogar.
«Y yo / que un día / moriré / estoy aquí / en
este instante / que es todos los instantes / estoy viva».