MÉXICO EN EL MUNDIAL DE BRASIL 1950

MÉXICO EN EL MUNDIAL DE BRASIL 1950

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MÉXICO EN LOS MUNDIALES

Por Héctor Larios Proa

México regresa a una Copa del Mundo veinte años después del primer mundial, Uruguay 1930. Veinte años no es nada, dice el famoso tango….. La Copa del Mundo de Brasil es el primer torneo después de la segunda Guerra Mundial. La selección nacional mexicana una vez más juega el partido inaugural contra el anfitrión Brasil.

La fiesta del futbol continuó para beneplácito de la afición, el balompié el producto global de mayor pasión vuelve a las canchas y la prensa está pendiente del evento.

En México, las notas de los diarios deportivos de la época se dividían entre quienes expresaban sus dudas, ya que la selección se formaba al vapor para un evento, dos años antes para los olímpicos de Londres 1948, enviaron a un equipo de aficionados que fue eliminado por Corea. Otros   periodistas aplaudían el esfuerzo de los futbolistas. Los menos escribieron que eran un flan para la fiesta brasileña, consideraban que no había organización, ni interés en formar a un buen representativo ya que todo estaba enfocado en el campeonato local, presagiando un fracaso.

Obtienen el boleto ganando por golizas a Estados Unidos y Cuba, siendo vitoreados por una afición que se ilusiona, como siempre. Meses después, la triste realidad, cayeron frente al Real Madrid por goleada de 7 a 1 y Athletic de Bilbao 6 a 3, la consecuencia lógica fue el despido del entrenador Rafel Garza “Récord”, exmundialista. Nombran a Octavio “la pulga” Vial, de escasos treinta años, recién retirado y sin experiencia previa como entrenador.

México jugó tres partidos de preparación, pocos entrenamientos a pesar de la concentración en el Hotel Vermont de la colonia Nápoles en la ciudad de México, a las seis de la mañana entrenaban, regresaban a desayunar para luego ir al trabajo, a su regreso cena y dormir. Era la época del futbol semi profesional.

7 días antes del juego inaugural parten en dos contingentes a tierras cariocas para ser testigos del nacimiento de una de las catedrales del futbol mundial, el estadio Maracaná, pájaro del barrio popular de Río de Janeiro, que abrió sus puertas al mundo del futbol en la mitad del siglo XX, el 24 de junio para ser exactos Brasil vs México juego inaugural, casi 200 mil aficionados presenciaron el encuentro. Maracaná, escenario de felicidad y tragedia. Casa de las emociones, donde los gritos dejan sordo y el silencio se escucha en el estadio más grande del mundo.

La selección mexicana inauguraba una vez más una copa del Mundo. “Ese fue mi primer juego en un mundial”, alguna vez nos platicó Antonio Carbajal a Raúl Cárdenas, Nacho Trelles y al “Chico” Larios. “No estábamos preparados para jugar a ese nivel, el nerviosismo era del carajo, los compañeros hicieron un buen primer tiempo, pero en dos descuidos dos goles, que pudieron ser más. Al final otros dos, perdimos 4 a 0”, solía charlar “la Tota” Carbajal.

 

El entrenador mandó marcar personal, “el turco” Felipe Zetter sobre Maneca, “el chato” Héctor Ortiz fue sobre Jair, Rodrigo Ruíz con Baltazar y Toño Roca con Friaca, a pesar de ello Jair y Baltazar anotaron, recordaba el cancerbero.

México vs Yugoslavia, 28 junio de 1950, Porto Alegre, Brasil

El segundo encuentro fue en el estadio Biera Rio de Porto Alegre contra Yugoslavia, el entrenador hizo cambios en la defensa. Las crónicas destacan el buen manejo de balón en los primeros minutos, Horacio Casarín y Héctor “chato” Ortiz adormeciendo al rival y latigazos largos a los delanteros aztecas.

De pronto la fuerza y velocidad de los europeos se impuso para irse arriba en los cartones dos a cero al descanso. Dominio de los balcánicos con buena técnica y velocidad llegaban al arco mexicano para el 3 a 0, a pesar que Carbajal una y otra vez salvará su meta, para llevarse buenas notas en los diarios nacionales y brasileños.

La superioridad física y técnica era notoria, pero no se achicaban, luchaban cada balón, en una de esas Lupe Velázquez, estrella un tiro en el travesaño.  ¡Posteeee¡, gritaba el locutor., mientras el aficionado, sentado frente miraba al horizonte imaginando la jugada. El poder de la radio.

La disputa por el esférico fue en el medio campo, los europeos bajaron el ritmo cuando cayó el cuarto gol para su causa, esa fue la tónica de la parte complementaria y casi al final cayó el gol de la honra por la vía del penal, el anotador fue Héctor Ortiz.

Horacio Casarín, capitan mexicano, entrega banderín al futbolista suizo 2 julio 1950, Porto Alegre.

MÉXICO A RAYAS

El tercer compromiso mundialista fue contra Suiza. Ambas escuadras salieron con uniformes en rojo. El árbitro, acudió al azar, en un volado lanzó una moneda al aire para ver quién se cambiaba el uniforme. Ganó México, Casarín sonrió como lo hace un merenguero, los suizos dudaron. Cuentan las viejas crónicas que, por cortesía, los aztecas decidieron usar el uniforme azul y blanco a rayas, short negro del Porto de Alegre, equipo local. La diplomacia ganó a la discriminación.

México hizo dos cambios respecto a la alineación anterior, los diarios cuentan que el primer tiempo fue suizo, su dominio se concretó con dos goles uno al inicio y otro al final de la primera parte.

 Para el segundo tiempo los mexicanos salieron con la convicción de ganar su primer juego en un mundial, con buena dinámica llegaron al arco rival y pusieron a prueba a la defensa helvética se comportó a la altura de las circunstancias, hasta que José Luis Borbolla desborda por la banda, pasa a Casarín quien dribla a un rival y saca un obús que se incrusta al ángulo. Imparable para el arquero y un gol mundialista para sellar su larga y brillante carrera deportiva del primer futbolista ídolo de México.

Las críticas en algunos diarios destacan la ausencia de delanteros de aquellos años brillaban en el campeonato nacional como Adalberto “Dumbo” López y Luis “Pirata” Fuente.

 

Nos vemos en Suiza…. continuará

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