Mario Aburto
exige nueva investigación por tortura contra él, un juez federal admitió un
amparo que promovió el magnicida por el asesinato del candidato del PRI a la
Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio, en 1994.
Aburto busca que se le inscriba en el Registro
Nacional del Delito de Tortura para que se implemente como herramienta de
investigación en el caso.
El asesino de Colosio, reclamó que la fiscalía
general de la República (FGR) ha incurrido en omisión porque no ha investigado
la presunta tortura de la que fue objeto tras ser detenido.
Por su parte, Antonio González García, juez Segundo
de Distrito de Amparo en Materia Penal, dio entrada a la demanda, pero rechazó
conceder una suspensión provisional que obligue en estos momentos al Ministerio
Público Federal iniciar la indagatoria.
El juzgador fijó para el próximo 28 de marzo la
celebración de la audiencia incidental donde definirá sobre la suspensión
definitiva y el próximo 20 de abril resolverá si concede el amparo.
Aburto aseguró que la FGR ha incurrido en omisión
porque no ha investigado los actos de tortura, tratos o penas crueles,
inhumanos y degradantes, y delitos vinculados cometidos en su perjuicio.
También porque no ha cumplido con las obligaciones
generales en materia de combate a la tortura derivado de los tratados internacionales
en la materia ratificados por el Estado mexicano y las interpretaciones
emitidas por organismos y tribunales autorizados.
Actualmente Mario Aburto está interno en el Centro
Federal de Readaptación Social 12 de Guanajuato, por ser penalmente responsable
del delito de homicidio calificado con premeditación y alevosía, y por
portación de arma de fuego sin licencia.
A principios de este año, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) rechazó estudiar el amparo que interpuso el
magnicida contra la sentencia que se le impuso de 45 años de prisión.
Actualmente,
el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal en el Estado de México estudia el
amparo en revisión donde el homicida asegura que fue torturado para declararse
culpable del crimen.