Por Edgar Hernández*
Otro atarantado político de
Morena, el alcalde de Medellín de Bravo, Marcos Isleño, a menos de la mitad de
su mandato, abandona su responsabilidad porque ahora se le antoja ser diputado.
En él cabe bien el viejo dicho de
que, para el ambicioso loco, todo es poco.
Este irresponsable edil salido
del bajo mundo chairo, con 99% de ambición y uno por ciento de honestidad ¿o
cómo es?, da por descontado que para alcanzar sus ambiciones personales puede
disponer a su antojo del presupuesto del ayuntamiento.
Ello además de andar gritando por
las calles y cantinas que a la 4T no le sirve la democracia ya que con el voto
de los cacalovers basta y como “¡El municipio soy yo!” pues… al Diablo las
instituciones.
A este hijo del Peje habría que
ponerlo en un nicho o momificarlo y llevarlo a un museo para exponerlo como
muestra de lo que nunca más debemos permitir en ningún rincón del país, menos
en Veracruz, tierra de libertades.
Señala la puntual crónica del
acreditado columnista Armando Ortiz en “Libertad Bajo Palabra” que en Medellín
de Bravo el año electoral llegó luego que “varios funcionarios ya levantaron el
dedo para figurar en las elecciones a las diputaciones”.
Y entre ellos ¿adivine usted
quien está en primer lugar?
El alcalde de Medellín de Bravo,
Marcos Isleño, “quien antes de la mitad del camino su mandato en la presidencia
municipal ya empezó a realizar un proselitismo anticipado”.
Este aguzado politiquero fue pescado
hace unos días en el municipio de Paso del Macho, a la localidad de La
Mariposa, “entregando dinero, juguetes y despensas a diestra y siniestra”.
Esta acción fue calificada por la
propia ciudadanía como la del candil de la calle y oscuridad de su casa debido
a que la gente se queja de la falta de trabajo en Medellín de Bravo y que
cuando acuden a buscarlo al Palacio Municipal nomás nunca lo encuentran,
“debido a que anda fuera realizando actos anticipados de campaña”.
Este hecho del vivaracho edil,
que también se observa en las redes sociales, ha generado una serie de críticas
donde la ciudadanía exige a este individuo “se ponga a trabajar y terminar su
mandato que le fue encomendado”.
A Marcos Isleño, sin embargo,
dados sus desplantes, solo muestra que le importa un soberano rábano el reclamo
de atender la pobreza de su pueblo, así como procurar por la infraestructura
que tiene ubicado a Medellín de Bravo entre los 30 municipios veracruzanos con
más atraso y marginación.
Ya en anteriores oportunidades
este funcionario había sido acusado de misógino y golpeador. A una mujer la
tundió a golpes provocándole fracturas de costillas, esguinces y lesiones en el
rostro (LibertadBajoPalabra02/03/2023).
Ahora quiere ser diputado, pobre.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo