Desde hace más de mes y medio,
vecinos de la Colonia Alianza Popular Revolucionaria, en Coyoacán, utilizan
garrafones y botes para acarrear agua hacia sus departamentos, pues no sale de
sus llaves.
«Este problema está difícil, no nada más para nosotros. Hay muchas
colonias a los alrededores con este problema, pero la verdad, aquí subir tantos
pisos está difícil», dijo Andrea Romero García, de 66 años.
Todos los conjuntos de la unidad presumen en sus pasillos principales tinacos
de 10 mil litros, que es donde las pipas de la Alcaldía depositan diariamente
agua para los habitantes.
Los colonos de la APR, como es conocida popularmente, comentan que dicha sequía
se debe a la reparación de la cisterna principal de la Unidad, construcción que
no había recibido mantenimiento en 30 años.
«Hubo fallas: pusieron pintura tóxica, que no debieron, la verdad
desajustaron todo, hicieron mal las cosas», añadió Romero.
Según narran los vecinos, las reparaciones debieron tardar sólo tres semanas,
pero les han dado largas.
La semana pasada, el Alcalde Giovani Gutiérrez asistió a la zona afectada y
prometió solucionar la situación en tan sólo una semana, por lo que para el 10
de abril ya deberían contar con agua en su cisterna.
Desde ese día, Gutiérrez instaló personal que ayuda a los vecinos a cargar el
agua hasta sus departamentos.
«Ha sido un poco tedioso, pero ha habido gente disponible para que haya
agua, que pueda hacer los acarreos constantes; ese es el principal problema,
acarrearla», dijo Uriel Guadarrama, vecino del andador 26.
La familia de Uriel es de cuatro personas y cada tercer día transportan rondas
de agua de 100 litros hasta su departamento, en el último piso del bloque más
alejado del tinaco.
El hombre de 27 años narra que parte de las situaciones más difíciles es
bañarse, pues ahora deben calentar el agua en la estufa o con resistencias
eléctricas.
Personal de vigilancia de los andadores 21 a 29 informó que en su lote han
optado por horarios de reparto de agua.
«Son tres turnos, por toma son 60 litros, pero la gente agarra más. Aquí
tenemos ese orden, de aquel lado hay todo el día, pero ya quemaron sus bombas»,
dijo la mujer.
Ese sistema ha generado buen estado de los materiales, pero crea un desorden en
los horarios de tandeo. Especialmente en la noche, consideran.
Por lo pronto, la avenida principal, Tepetlapa, luce repleta de personas con
diablitos, bicicletas, automóviles o motocicletas, todos transportando
garrafones.