Cd.
de México 3 mayo 2022.- Ha pasado un año y
los miedos parecen no tener fin.
El 3 de mayo de 2021, la vida de Patricia cambió para siempre. Esa noche volvía
de su trabajo cuando el convoy cayó entre las estaciones Olivos y Tezonco.
Ahora depende de un bastón para caminar y no tiene certeza sobre si volverá a
caminar como antes. Ha sido operada del tobillo izquierdo tres veces, luego de
la fractura. Hasta hace seis meses, padecía de dolores, inflamación y no podía
apoyar el pie lastimado.
Los médicos determinaron que era necesario retirarle una placa y los tornillos
que le habían colocado para que sanara la fractura, pues su organismo estaba
rechazando las piezas. La operaron el 29 de octubre de 2021, después, vinieron
las terapias… y también las advertencias.
Los especialistas le aseguraron que tendrá secuelas, además de que sólo podrá
desplazarse con ayuda.
«Me dan rehabilitación en las tinas, terapia física y determina la doctora
que quedé con secuelas y que no puedo caminar (sólo) con ayuda de un bastón, si
yo no lo hago, afecto mi lado bueno, que sería la pierna derecha, la
rodilla», cuenta Patricia desde su casa, hogar que comparte con su esposo
que padece esclerosis lateral amiotrófica y con sus tres hijos menores de edad.
Para ella, la oscuridad es ahora uno de sus mayores temores.
«(Tengo) mucho miedo de salir a la calle, mucho miedo a la oscuridad,
mucho miedo a los gritos, son tantas cosas, lo principal es cuando me duermo,
la luz prendida siempre, una luz siempre tiene que estar prendida, no tolero la
oscuridad», compartió.