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La cantante mexicana con ascendencia
estadounidense contó con la colaboración de un grupo de mariachi.
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La Estudiantina de la Universidad de
Guanajuato rindió un homenaje al compositor Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri.
Guanajuato, México. 21 de octubre
de 2022.- La jornada del 50 Festival Internacional Cervantino (FIC) continuó
este jueves con ArtstageSAN: el teatro de títeres procedente de Corea, país
invitado de honor, la música de la mexicana Lila Downs, el Proyecto Sonidero,
la Estudiantina de la Universidad de Guanajuato y el show de cabaret a cargo de
Las Reinas Chulas.
Primero, el grupo originario de
Corea, ArtstageSAN, dio la presentación de su obra Dallae Story la tarde de
ayer en el Teatro Principal de Guanajuato.
El grupo fundado en 2001 usa
marionetas para sus representaciones. La historia trata de una pequeña llamada
Dallae, quien debe enfrentar junto a su familia las dificultades de la guerra
de Corea.
El espectáculo está más enfocado
a lo visual y no a lo verbal, ya que no hay diálogos entre los actores. Sin
embargo, esto no es impedimento, ya que, a través de gestos, suspiros, risas,
movimientos del cuerpo de los actores, proyecciones de sombras y sonidos logran
transmitir variados sentimientos.
Una pareja de actores interpreta
a los padres de Dallae. En el escenario, con ayuda de las sábanas de un
tendedero de ropa, los intérpretes quedan detrás y dan vida a sus contrapartes
de tela, con los cuales alternan algunas escenas. Al poco tiempo, la escena
deja de ser ambientada con una música infantil y relajante, para cambiar a
sirenas antiaéreas, motores de aviones de guerra y sonidos de metralletas.
ArtstageSAN es la muestra de que
se puede hacer un verdadero teatro sin necesidad de tener voluminosos
escenarios, estruendosas bandas musicales, infinidad de actores o extensos
guiones, sino que basta con tener personas talentosas y comprometidas con sus
papeles, con la habilidad para expresar distintos sentimientos sin el uso de
palabras.
Por otro lado, la noche de ayer
jueves comenzó con el concierto de Lila Downs en la Alhóndiga de Granaditas.
Ante una explanada y calles aledañas llenas, la cantante y compositora invitó a
bailar al público con sus cumbias y estremeció con sus desgarradores temas de amor,
de recuerdos y protesta.
El concierto, uno de los más
esperados del FIC 50, convocó a decenas de personas quienes, ansiosas por ver a
la artista oaxaqueña, gritaron con tan solo ver aparecer su silueta en el
escenario. A los primeros acordes se sumó su voz estremecedora para interpretar
Yo ya me voy, cuyas letras hablan de la añoranza al estar lejos de casa. De ahí
pasó a algo más festivo con el Son de chile frito y la cumbia La campanera,
temas en los que se hizo acompañar de bailarines con trajes tradicionales y que
pusieron a bailar al público.
Después pasó a una canción que,
según recordó, cantó la primera vez que se presentó en el festival, en este
mismo escenario, a finales de los años 90: La Martiniana, un conmovedor son
tradicional del Istmo de Tehuantepec, y que esta vez cantó con el cuarteto
Barro Negro. Con esta agrupación también
interpretó Tirineni Tsisiki, canción en purépecha inspirada en la flor de
cempasúchil.
Más adelante, el mariachi femenil
Nuevo Tecalitlán salió al escenario para interpretar con Lila el clásico El
último trago, de José Alfredo Jiménez.
Junto a estas dos agrupaciones invitadas también cantó Cucurrucucú
paloma.
Como en todas sus presentaciones,
la cantante de origen oaxaqueño y ascendencia estadounidense reivindicó desde
el escenario su identidad cultural diversa, con la cual defiende la idea de
crear “diálogos entre culturas”.
“Es muy importante educar a las
personas sobre quiénes somos; enfrentamos todo tipo de prejuicios, a veces
porque eres o no eres blanca o porque no eres muy bonita o alta, siempre hay
algo en lo que podemos fijarnos, y a veces hay diferentes realidades de las que
uno tiene que contar y traducir”, dijo en entrevista para el FIC. Y eso lo dejó
claro esta noche al sumar en su repertorio una de sus nuevas canciones, Mirror,
escrita en inglés durante la pandemia.
En un momento del concierto, en
una muestra de generosidad, la cantautora invitó al escenario a una joven
seguidora suya a interpretar un fragmento de su canción Alcoba azul, acto aplaudido
por el público. Al final, además de
gritar vivas a Guanajuato y al Cervantino, la cantante regaló otros temas, como
Mezcalito y Vámonos, esta última acompañada de mariachi.
Para seguir con los ritmos
latinos, la noche continuó en Los Pastitos, donde el público sintió la emoción
que el Proyecto Sonidero, con el gran Ramón Rojo Villa, pudo transmitir.
Todos los presentes esperaban a
que la música comenzara cuando el fundador del grupo comenzó con su
característico saludo de La Changa, dando la bienvenida y agradeciendo la
invitación a tocar. Después de unos minutos cedió el escenario a su ahijado y
compañero musical, Daniel Alvarado.
El público ya comenzaba a bailar
cuando salieron algunos bailarines a escena para mostrar a la audiencia sus
pasos y así invitarlos a bailar al ritmo de la cumbia.
Mandando saludos a personas, grupos, otros estados de la República y varias colonias de la Ciudad de México, especialmente a Tepito, lugar donde nació este proyecto, Ramón Rojo logró cautivar, alegrar y hacer bailar al público Cervantino.
Por otra parte, en la plaza de San Roque tuvo lugar la presentación de la Estudiantina de la Universidad de Guanajuato, la cual ha acompañado a sus habitantes y turistas en las calles de la capital guanajuatense durante décadas con el estilo musical clásico que la define.
Este recital nocturno contó con
la peculiaridad de homenajear al cantante infantil Francisco Gabilondo Soler,
mejor conocido como Cri Cri, quien ha seguido a los infantes mexicanos desde el
siglo XX, con temas evocados a la niñez, la educación, así como temas que
comparten valores y promueven los buenos hábitos de la infancia.