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Es
curable, como cualquier otro padecimiento infeccioso, enfatiza María del
Rosario Morales Espinosa
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El
Día Mundial contra la Lepra se conmemora el último domingo de enero
CDMX, 27 de enero
de 2023. – En diferentes entidades de México aún se presentan casos activos y
nuevos de lepra; hay estados donde su presencia es mayor: Sinaloa, Michoacán,
Nayarit, Nuevo León y Guerrero concentran 60 por ciento, de acuerdo con el
Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades. A ellos se
suman otros: Zacatecas, Coahuila, Campeche, Yucatán, Durango, San Luis Potosí,
Oaxaca, Chiapas, Ciudad de México (Tlalpan, Xochimilco), Colima y Jalisco.
Por lo anterior,
debemos enfocarnos en ellos sin importar si se trata de regiones apartadas; es
necesario llevar tratamientos a los pacientes e información para las
poblaciones, afirma la académica del Departamento de Microbiología y
Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, María del Rosario Morales
Espinosa.
La lepra existe;
es un hecho que no se ha eliminado, ni se eliminará mientras se ignore. Por
ello se requieren campañas de concientización para explicar a la sociedad que
se trata de un padecimiento curable como cualquier otra enfermedad infecciosa,
agrega.
Una vez recibido
el tratamiento, el paciente puede llevar una vida normal, abunda la experta.
“Lo ideal sería que, si no se erradica, que sean mínimos los casos que se
detecten; a las personas que están en contacto con los enfermos hay que darles
tratamiento preventivo”. Eso ayudará a controlar ese mal, sobre todo en ciertas
zonas de nuestro país.
Con motivo del Día
Mundial contra la Lepra –que a partir de 1954 se conmemora el último domingo de
enero–, Morales Espinosa recalca: no se ha eliminado porque impacta a
poblaciones marginadas y pobres, es endémica y no epidémica, y por el
surgimiento de otros padecimientos que tienen prioridad, como la COVID-19.
De acuerdo con el
Instituto de Salud para el Bienestar (2022), en 24 países del continente
americano se reportan casos, algunos con más de 100 por año, indican datos de
la Organización Panamericana de la Salud. Entre esas naciones están: Argentina,
Colombia, Cuba, México, Paraguay, República Dominicana, Venezuela y Brasil.
Este último concentra 94 por ciento de los casos de la región.
En la Organización
Mundial de la Salud se aspira a que haya un infectado por cada 10 mil
habitantes. Hay situaciones en que, en efecto, es mínima la población afectada,
pero hay regiones que tienen más casos de los que deberían registrarse, precisa
Morales Espinosa.
Se olvida
La lepra, explica
la experta universitaria, es producida por la bacteria Mycobacterium leprae, de
replicación lenta; se trata de una enfermedad infecciosa que puede tardar
varios años, de cinco a 20 años en manifestarse.
Aunque su
incidencia es baja, reconoce María del Rosario Morales, es un padecimiento que
se olvida, a pesar de que produce estigma y discriminación para la persona
enferma.
Ese ha sido un
problema que han enfrentado los pacientes con lepra durante la historia de la
humanidad. En los tiempos bíblicos debían traer consigo una campana y hacerla
sonar para avisar al resto de la población que iban a pasar, a fin de que se
alejaran.
Luego se
establecieron leprosarios donde se abandonaba a los pacientes a su suerte, en
condiciones infrahumanas, donde se enfrentaban a las deformaciones que genera
la enfermedad, sin recibir ayuda, rememora la especialista.
Aún hoy, cuando
hablamos de un paciente con lepra lo imaginamos completamente deformado, y eso
ocasiona que las familias oculten a los enfermos, apunta.
Hay estadísticas
que indican que la lepra impacta más a hombres que a mujeres, en una proporción
de dos a uno; como es una infección de un periodo largo, se registra en adultos
jóvenes, aunque las deformaciones se manifiestan en edades más avanzadas,
detalla Morales Espinosa.
Se dificulta
diagnosticarla
El mecanismo de
trasmisión de la bacteria no está bien definido; se cree que se presenta cuando
una persona inhala gotas de saliva de alguien infectado y al estar en contacto
directo y prolongado con el enfermo. Aun así “existe una susceptibilidad de
huésped, porque puede haber 10 personas en las mismas condiciones y no todas se
infectan, sino las más susceptibles”, alerta.
De acuerdo con la
experta, los síntomas tampoco son claros y por ello se dificulta el
diagnóstico. Una señal puede ser cualquier lesión dermatológica que aparece
como única, hipopigmentada (más blanca que el resto de la piel) o rojiza, con
bordes elevados, etcétera. No obstante, “la clave está en la pérdida de
sensibilidad en la región donde aparece esa mancha y en los márgenes que la
rodean”.
Por ello, el
médico debe estar atento a la aparición de cualquier tipo de mancha en el
tronco, manos, nalgas o cara; observarla y preguntarle al paciente si siente el
contacto del objeto mediante el cual se realiza la exploración. Si no es así,
podría ser un indicio de lepra.
A partir de esa
sospecha se realizan estudios para establecer un diagnóstico correcto: clínico,
histopatología (análisis del tejido), basiloscopia y de reacción inmune
(lepromina), entre otros.
Morales Espinosa
afirma que al ser curable es importante tratarla a tiempo con poliquimioterapia
(es decir, tres medicamentos: clofazimina, dapsona y rifampicina) durante
aproximadamente un año y medio, o hasta que se compruebe que la bacteria se
eliminó.
La meta es evitar
deformaciones o incapacidades de la persona debido a la destrucción de tejido,
reabsorción de hueso, o reacción inflamatoria a consecuencia de la respuesta
inmune al tratar de destruir al bacilo.
El Día Mundial
contra la Lepra tiene el objetivo de crear conciencia sobre la enfermedad
descubierta en 1873 por el médico noruego Gerhard A. Hansen, y reducir el
estigma contra quienes la padecen.
https://covid19comision.unam.mx/
Fuente: UNAM