LAS ASIGNATURAS PENDIENTES
Pedro Peñaloza
“Errar es humano, pero más lo es culpar de ellos a otros”.
Baltasar Gracián
Los ecos del gobierno de López Obrador aún tienen impacto en los circuitos de la vida cotidiana mexicana. Parece natural si tomamos en cuenta los pocos meses del inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum.
Para entender la compleja dimensión de la herencia que dejó el tabasqueño, es conveniente asomarnos a un indicador. Un delito que lastima el tejido social y que afecta la convivencia ciudadana: la extorsión.
En el sexenio de AMLO, este ilícito en vez de disminuir aumentó y alcanzó cifras récord. Según un reporte de El Universal (25/noviembre/2024, p.8), las cifras son las siguientes:
En el primer mes del gobierno pasado hubo 567 víctimas de extorsión, en octubre de 2019 se dio el primer pico con 856, para agosto de 2021 hubo 880 y en 2022 se rompió la marca con mil 141 víctimas en abril, mil 117 en mayo y mil 141 en junio.
Para 2023 y 2024, la incidencia se mantuvo. Es decir, se incrementó 101.2% respecto a diciembre de 2018 y abril de 2022. El reporte continúa y subraya que hasta septiembre de 2024 hubo 57 mil 494 víctimas de extorsión, aunque los números pueden ser mayores, dada la cifra negra que existe en este tipo de delito.
Todo indica que la tendencia puede seguir creciendo por lo redituable y el poco riesgo que representa para los grupos delictivos. Sin embargo, en el plan del nuevo gobierno no está como prioridad el tema de la extorsión y han centrado su plan con un plazo de cien días para atacar los homicidios dolosos, que tienen como promedio 82 al día y han subido 7% de octubre a noviembre de 2024 (Reforma, 20/noviembre/2024, p.10).
La presidenta cree que se pueden disminuir los delitos y las violencias mediante la repartición de dinero a las franjas de pobres y excluidos. Ignora que los detonantes para delinquir son caleidoscópicos y multidimensionales. El nuevo gobierno camina por el mismo sendero del anterior. Lo hace por razones políticas y por la ausencia de una visión estratégica y estructural. La alianza con la élite dueña del dinero no le permite reconstruir las políticas públicas.
La crisis de la seguridad en el país es sistémica, con diferencias por estados y regiones. Las omisiones del anterior gobierno y las improvisaciones del actual tienen al país sumido en violencias imparables, que no podrán detenerse si se mantienen las mismas estrategias. Las asignaturas pendientes no se alcanzan a ver desde la cúspide del poder, sólo se ven el ombligo. El déjà vu nos atrapó.
@pedro_penaloz