· Restituir la paz requiere que los ciudadanos confíen en sus autoridades: Maximino Aldana González
A través de herramientas como los modelos matemáticos y las ecuaciones de balance detallado, entre otras, Maximino Aldana González, investigador del Instituto de Ciencias Físicas, campus Morelos, de la UNAM, busca algunas de las razones por las cuales persisten la violencia y la criminalidad en nuestro país.
Al dar a conocer resultados de su investigación, en el auditorio del Centro de Ciencias de la Complejidad, el también integrante de esta entidad sostuvo que “la pobreza no es la causa principal de la criminalidad”.
Realizamos correlaciones entre criminalidad y diferentes indicadores de
bienestar, y encontramos que cuando los individuos confían menos en sus
autoridades existe más crimen. Esta situación tiene que ver con la percepción
de los ciudadanos en la aplicación de la ley, no con la pobreza, la educación
ni con la tasa de empleo, explicó.
Durante su participación en el ciclo “Lunch complejo”, con la conferencia
“¿Cuáles son las principales causas de la criminalidad en México y las posibles
soluciones?”, el también expositor de la cátedra “Antonio Madero” 2011, en la
Universidad de Harvard, aseguró: la pobreza no convierte a los mexicanos en
criminales.
“Entre más rica es la entidad de donde provienen o su contexto, más crimen
existe. Sé que esto choca con las creencias que tenemos, pero reitero, los
resultados del cruce de las variables indican que la pobreza no tiene relación
con la criminalidad a nivel país”, argumentó.
De acuerdo con el especialista, el crimen organizado no comienza en un estado
con bajo nivel económico: Jalisco, Durango o Chihuahua no son entidades pobres,
es un prejuicio. “Una correlación entre dos variables no indica necesariamente
causa-efecto”.
Por ello, Aldana González subrayó que lo importante para restituir la paz es
que los ciudadanos confíen en sus autoridades. “La corrupción y la percepción
que tiene de esta en su sociedad son, desafortunadamente, los dos tópicos que
pueden convertir a una persona en delincuente”.
Poder y riqueza
El universitario dijo que según otro modelo utilizado por Rafael Prieto Curiel
-investigador posdoctoral en el Complexity Science Hub en Viena, Austria- para
un artículo publicado en la revista Science, de septiembre
pasado, el crimen organizado es la quinta empresa empleadora de México.
“Tienen 175 mil trabajadores activos entre distribuidores, vendedores,
transportistas y productores”.
Una compañía refresquera, citó, cuenta con 321 mil empleados; una cadena de
supermercados 231 mil; incluso está por arriba de una de tiendas de
conveniencia que llega a 168 mil.
Mediante una ecuación de balance detallado se expuso que aun cuando los
carteles dejaran de reclutar personas el problema persistiría por más de cinco
años, de acuerdo con su modelo. Si la situación siguiera como está, en 2027
habría 220 mil personas dedicadas al crimen organizado en México, aunque
probablemente pudieran ser más, alertó.
FUENTE: UNAM