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Entre ellos, los beneficios del
uso del cubrebocas y del lavado de manos: Susana López Charretón, investigadora
del IBt
Hugo Maguey
Medida esencial que evita también enfermedades gastrointestinales.¿Qué aprendimos a tres años de la pandemia? 1) El uso de
cubrebocas; 2) la sana distancia; 3) la ventilación de áreas cerradas; 4) la
importancia de vacunarse; 5) alimentarse sanamente y hacer ejercicio para
evitar las comorbilidades, ya que los especialistas se percataron que agravaban
la enfermedad de Covid-19, y 6) buscar información de fuentes oficiales,
científicas y verificables para evitar la infodemia.
Para Susana
López Charretón, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt), “la crisis
más fuerte ya pasó, gracias a que una gran cantidad de personas está vacunada y
eso ha disminuido mucho los contagios. Hay que pensar que tres años de estar en
una restricción tan grande, cansa; por ello, hay que considerar las lecciones
que hemos aprendido en este tiempo. Por ejemplo, si vamos a estar en lugares
cerrados, sobre todo en transporte público, en el que estaremos con gente
desconocida, que no se sabe si está enferma o no, utilizar cubrebocas es
buenísimo. No sólo por la Covid-19, sino también por cualquier enfermedad
respiratoria. En este momento es temporada de influenza y otros virus
respiratorios, el cubrebocas es una muy buena lección cuando no hay
ventilación, ahora y para siempre”.
La también
miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y de El Colegio Nacional comenta
además que el lavado de manos “es esencial, es decir, también en la pandemia de
H1N1 bajaron las gastrointestinales inmensamente. Lo que quiere decir que al no
lavarnos las manos podemos llevarnos a la boca bacterias o virus que causan
males gastrointestinales. Si estás en la calle, te comes algo con las manos:
una fruta, un taco, lo que sea sin lavarte las manos. Esa es una manera muy
fácil de enfermarnos”.
No es la
primera ni será la única
Para la
universitaria es esencial que haya una vigilancia epidemiológica. “Sabemos que
no es la primera ni la única vez que pasaremos por un evento de este tipo. Hay
grupos de investigadores tratando de predecir la siguiente pandemia, algo que
no es posible, pero por lo menos tener medidas de preparación para que no se
expanda de la forma en que pasó esta vez. Se requiere vigilancia epidemiológica
fuerte en todos los países, estar reportando nacional y mundialmente cualquier
tipo de brotes de cualquier especie. En estos años se empezó a hacer la
vigilancia genómica para identificar variantes y cómo se mueven en el orbe.
Esto requiere mucho dinero, pero es necesario para poder tener una vigilancia
más cercana”.
También se
requiere apoyo a la investigación en muchas áreas, para que cuando haya un
problema podamos tener los resultados que observamos ahora: el desarrollo de
una vacuna en un año. Esto fue gracias a que había ya muchos científicos
trabajando con el virus, añade.
No obstante,
hay cosas que no hemos aprendido, y es la desconfianza a las directrices del
gobierno, además de las teorías de la conspiración y la resistencia a
vacunarse, no sólo contra la Covid, sino a enfermedades que ya estaban
erradicadas, como el sarampión o la poliomelitis, concluye.
El trabajo a
distancia
La pandemia
nos forzó a quedarnos en casa, y aunque muchos trabajos no se pueden realizar
de forma remota, gran cantidad de los que se hacen en oficinas optaron por esta
modalidad. Algunos recién comienzan a regresar al formato presencial, mientras
que otros permanecen de forma remota o híbrida.
Para Óscar
Clavellina, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, el trabajo remoto
no es una panacea, pues si bien sirvió mucho durante la pandemia y su demanda
se elevó durante la emergencia sanitaria, también es cierto que ha generado
algunas situaciones no deseables.
Acerca del
aspecto psicosocial Clavellina apunta: “están la depresión, la ansiedad y la
angustia; la gente se enfrenta a la no socialización, lo que conlleva a
experimentar dichas enfermedades mentales. El sólo hecho de ver la cara de la
gente en vivo, poder platicar con alguien, beneficia. Y si la socialización
humana no se da, vienen esos problemas psicológicos, que trastocan”, termina el
especialista.
FUENTE: UNAM