En el
Regina Coeli de este domingo 7 de mayo, el Papa Francisco invitó a los fieles a
recordar hacia dónde se dirige su vida, incluso en el cansancio: “Mirar hacia
arriba, hacia el cielo, recordemos la meta, pensemos que estamos llamados a la
eternidad”.
Antes
de dirigir esta oración mariana del tiempo pascual ante los fieles que le
escuchaban desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco
reflexionó acerca del Evangelio del día, que relata el último discurso de Jesús
antes de su muerte.
El
Santo Padre explicó que Jesús no dejó solos a sus discípulos, sino que les
invitó a “no tener miedo” y les indicó “que va a preparar un lugar para ellos y
a guiarles hacia esa meta”.
En ese
sentido, señaló que el “miedo” que sintieron los discípulos es el mismo que
muchas veces sentimos nosotros, “cuando nos vemos obligados a separarnos de
alguien a quien queremos”.
Sin
embargo, el Papa indicó que Jesús asegura a sus discípulos que serán acogidos
“para siempre con el calor de un abrazo” y que estará en el cielo preparándoles
un lugar.
Más
tarde, puntualizó que estas palabras son “fuente de consuelo y esperanza”, ya
que “Jesús no se ha separado de nosotros, sino que nos ha abierto el camino,
anticipando nuestro destino final: el encuentro con Dios Padre, en cuyo corazón
hay un puesto para cada uno de nosotros”.
De
este modo, el Santo Padre animó a los fieles a “recordar hacia dónde se dirige
nuestra vida cuando experimentemos cansancio, desconcierto e incluso fracaso”.