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Se llevó a cabo la Mesa 3 del 1er Coloquio
Nacional de Jazz con Enfoque Multidisciplinario, realizado en el marco del
Seminario Jazzuv “Jazz en Latinoamérica”
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José Luis Varela advirtió que muchos de los
contenidos o planes de estudio no son acordes a la realidad laboral
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Hay poca atención al jazz desde los estudios
sobre música popular, comentó Pedro Nolasco
Xalapa, Veracruz, 16 de noviembre.-
El 1er Coloquio Nacional de Jazz con Enfoque Multidisciplinario cerró sus
actividades con la Mesa 3 de diálogo, en la que se abordaron temáticas como la
importancia pedagógica del jazz, la relación música popular-jazz y por qué este
género musical es una expresión social.
El coloquio se llevó a cabo en el
marco del Seminario Jazzuv “Jazz en Latinoamérica”, realizado del 9 al 11 de
noviembre en el Foro-Librería “Cauz”.
En la Mesa 3 participaron: José
Luis Valerio y Pedro Nolasco Gamboa, profesor y estudiante del Centro de
Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana (Jazzuv), respectivamente, y Omar
Anguiano Lagos, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Este último ofreció la charla “El
jazz como dislocación de la esclavitud moderna”, en donde planteó que este
género puede estudiarse como una indagación del pensamiento musical sobre los
movimientos del sentido del plusvalor hacia adelante y hacia atrás, entre
esclavitud y emancipación, al igual que los estudios del capital.
Hacia 1863, con la proclamación
de la emancipación, más de cuatro millones de esclavos eran libres y al mismo
tiempo fueron expulsados de los espacios que antes habitaban, pues el sur
dejaba de ser esclavista para convertirse en segregacionista. Los ahora
“libres” experimentaron una diáspora hacia las ciudades del norte en búsqueda
de empleo asalariado para sustentarse.
“El blues refleja esta
experiencia, pero a principios del siglo XX el jazz expresó de alguna manera
una meditación musical al respecto. Los músicos vieron a los más de cuatro
millones de seres humanos liberados de las cadenas por el decreto de
emancipación y lanzados súbitamente al mercado laboral capitalista industrial,
a la venta de sí mismos.”
Afirmó que el pensamiento musical
existe y puede estudiarse –tanto como el matemático o el filosófico– como un
medio de percibir el mundo, su estudio se hace necesario para la comprensión
del desarrollo de las sociedades humanas.
“En el jazz se expresa un
movimiento de consciencia; sería una forma de decir –mediante la música– que se
ha llegado a ser consciente de esta experiencia histórica de transición o
paralaje entre la esclavitud franca y la esclavitud capitalista”, finalizó.
José Luis Valerio, en su
participación intitulada “La importancia pedagógica del jazz para la
realización de una carrera musical sostenible”, dijo que quienes se forman en
la música enfrentan una diversidad de problemáticas como: el decaimiento del
producto artístico frente a la percepción global del artista; poca
investigación sobre las posibilidades laborales; falta de adaptabilidad y
actualización por parte de los programas de formación musical profesional; poca
vinculación entre la vida académica y la actividad empresarial, entre otras.
Advirtió que muchos de los
contenidos o planes de estudio no están acordes a la realidad laboral y las
necesidades que demanda la sociedad de un músico.
“La sociedad en su conjunto
construye una universidad para que provea de profesionales que cubran sus
necesidades; entonces, la UV tiene un programa de música para que sus egresados
provean de música a las personas, ¿pero realmente sucede?
”Cuando la formación académica
regresa a donde partió entonces se hace perdurable, es donde mi carrera se
puede hacer sostenible porque mucha gente ha hecho un andamiaje y construido
una gran estructura que necesita que se provea”, finalizó su participación.
Por último, Pedro Nolasco
presentó “Del trabajo de sesión al liderazgo de conjuntos de jazz”, donde habló
sobre el acercamiento del jazz a la música popular –tema que desarrolla en su
proyecto de investigación– a través del estudio de caso de Manu Katché,
percusionista y compositor francés.
Mencionó que “la música popular
provee identidad, administra las relaciones entre nuestra vida emocional
pública y privada, es formadora de memoria colectiva y organizadora del propio
sentido del tiempo, y como algo que se posee (todo lo que hay alrededor de los
artistas)”.
Algo que sucede es considerar que
la música popular y la considerada académica son opuestas; el jazz esté en
medio de este fuego cruzado.
“Hay poca atención al jazz desde
los estudios sobre música popular. Hay una marginación de subgéneros que buscan
el diálogo con la música comercial, como el jazz-rock, jazz-funk, etcétera.”