Cd. de México (10 marzo
2022).- El equipo de Gallos Blancos de Querétaro ha transitado desde hace dos
décadas entre polémicas por vínculos con presuntos narcos y por lavado de
dinero.
En 2002, los empresarios Jorge
y Alejandro Vázquez Mellado, junto con la Caja Libertad, adquirieron el club,
pero según un ex integrante de esa sociedad financiera bajo investigación, el
equipo le fue comprado a un narcotraficante.
Meses después, se reveló que el colombiano Paul Solórzano
Lozano, un presunto lavador de dinero del narco que usaba el alias de Giovani
de Ávila, estuvo a cargo de la liquidación de jugadores despedidos tras la
compra del equipo.
En 2014, la entonces Procuraduría General de la República puso
en la mira a Solórzano por fungir como presunto promotor de futbolistas ligado
al Gallos Blancos.
Solórzano era un aparente enlace entre Promotora Internacional
Fut Soccer -del mexicano Guillermo Lara- y Jorge Mario Ríos Laverde, «El
Negro», uno de los narcos colombianos más relevantes para la DEA en ese
entonces.
Este colombiano tenía su empresa «Mivanni Sport
Events» en Jurica, Querétaro.
En febrero de 2014, Gallos Blancos, entonces propiedad de
Amado Yáñez, fue intervenido por Hacienda.
También ese año el equipo fue señalado en una presunta red de
lavado de dinero que involucra a Caja Libertad Servicios Financieros, los
casinos Big Bola y Oceanografía.
Según las indagatorias de la Fiscalía, esa red involucra el
robo de combustible, su venta ilegal en gasolineras y lavado de dinero.