...
FIESTA DEL LIBRO EN LA UNAM

FIESTA DEL LIBRO EN LA UNAM

En su larga y diáfana extensión, jamás se había antojado más un chapuzón en el espejo de agua frente al Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).

Quizás fuera por la sensación térmica que rondaba los 26 o 27 grados Celsius hacia el mediodía -porque después se cerrarían las nubes-, o por el exaltado ánimo de estar de vuelta en el Centro Cultural Universitario (CCU), pero la jornada de cierre de la Fiesta del Libro y la Rosa de la UNAM fue por demás calurosa.

Demasiado ardiente, acaso, para quienes al no alcanzar lugar dentro de los foros debían escuchar las charlas al margen de las carpas, bajo el apenas tolerable resplandor diurno. Más que sólo unos cuantos, valga la decirlo, posiblemente porque la cantidad de asistentes superó lo que los organizadores preveían.

«Ha sido sorprendente, porque me imaginaba yo que iba a haber un regreso tumultuoso y extraordinario, pero no tan eufórico. Ha rebasado todas las expectativas», compartiría la Coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán, quien todavía sin poder referir las cifras finales ya celebraba el éxito de esta edición.

«Nos sorprendió desde el principio que incluso los números de la venta de libros triplican lo que había ocurrido en 2019», sostuvo. «Yo sé, por lo que he visto y lo que he conversado con quienes coordinamos todo esto, que ésta es una Fiesta que superó en todos los sentidos expectativas y cifras del 2019».

Las palabras de la también escritora se veían reflejadas en el siempre constante flujo de gente recorriendo los pasillos y carpas a lo largo del fin de semana, explorando una oferta editorial amplia que reunía en un mismo sitio la producción de instituciones como El Colegio de México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el INE, el Politécnico y la UNAM, por supuesto, así como de varios sellos.

Desde los clásicos bilingües de la Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana hasta los Vientos del Pueblo del FCE, pasando por toda una serie de cómics y mangas o las propias propuestas de editoriales independientes.

«Ha sido una feria muy emotiva; se ve que la gente tenía ganas, se moría de ganas ya por estos eventos presenciales. Sí se nota que ha venido mucha gente, afortunadamente mucho lector. A nosotros, en particular, nos ha ido bien», expresó Noemí Ravelo, de Ediciones del Ermitaño, que compartía un espacio con sellos como Paraíso Perdido y Nieve de Chamoy.

Desfile de sombrillas, gorras y sombreros para prevenir la insolación; abanicos improvisados con los cuadernillos del programa de actividades. Eso sí, ni un solo afectado por la intensidad de la radiación, confirmarían los varios elementos de Protección Civil y la doctora Mary Yáñez, de la Dirección General de Servicios Médicos.

En todo caso, algunos se encargaron de subir la temperatura todavía más con una clase de hip hop, moviendo hombros, brazos, rodillas y caderas bajo la guía de Óscar «Balock» López, en el Foro Artes y Letras.

A unos metros de la Sala Nezahualcóyotl, se formó una fila larga para observar directamente al responsable de este bochorno dominical, desde el telescopio con un filtro especial traído por la empresa Físicos Astrónomos Mexicanos y Asociados.

«Los mexicanos traemos la astronomía en la sangre; a cualquier mexicano que le pongas un telescopio, se quiere asomar a través de él. No sucede así en otros países, pero aquí somos bien curiosos. Todos quieren ver», contó la física y maestra en ciencias Luz María Calderón Rodríguez, cofundadora de esta empresa que en 1993 videofilmara un tránsito de Mercurio frente al sol, en Melbourne, Australia.

«Hace rato una señora de 94 años se asomó. Jamás había visto (el Sol así), obvio, y estaba impactada. Qué bueno que la vida le permitió ver las manchas solares en un día como hoy, a sus 94 años»

Las reacciones de sorpresa eran instantáneas. «¡No manches! Se ve así, perfecto», diría Edson Miranda a su familia, quienes asistieron a la Fiesta desde Villa Coapa hasta con su bulldog

«Vinimos porque mi hija Carmi está en una etapa en la que está empezando a leer y nos gusta apoyarla, impulsarla. Realmente ella fue la que nos trajo», relató Geovana, esposa de Edson, cuya hija cargaba un libro de arte y la novela Boulevard, de Flor M. Salvador.

La tarde avanzaba y las rosas fluían por todo el lugar; 7 mil 500 en total, provenientes de un invernadero en Xochimilco, precisó Israel López, miembro del staff.

Rayando las 18:00 horas, el primer rugido del cielo y las oscuras nubes que ahora preludiaban la lluvia resultaban algo casi irónico, en un momento en que la participación de Yásnaya Aguilar mantenía a numerosas personas agrupadas afuera del Foro Virginia Woolf. A un costado estuvieron antes figuras como Adolfo Castañón, Tanya Huntington, Isabel Zapata, Philippe Ollé-Laprune o Jorge Alderete.

En una carrera por ganarle a la precipitación, los participantes comenzaron a guardar los libros y todo lo traído, mientras en el Foro Margo Glantz sonaba la fusión mexico-africana del ensamble Saltapatrás.

Una fresca brisa al fin recorría el lugar y agitaba el espejo de agua, contrapunto de esa cálida sensación de al fin estar superando aquello que en primer lugar privara al CCU de la Fiesta y a los lectores de su encuentro; espectro ya sólo persistente en el gel antibacterial que se sigue ofreciendo o en los cubrebocas que aún guarecen algunos rostros, por más acalorados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Seraphinite AcceleratorOptimized by Seraphinite Accelerator
Turns on site high speed to be attractive for people and search engines.