Martín, de 25 años, dormía tranquilo sobre un sillón en la
sala de su casa cuando, a las 4:00 horas del martes, súbitamente fue engullido
por la tierra con todo y sillón.
No fue un terremoto, sino un viejo «narcotúnel» que
pasa bajo otras ocho casas en la Colonia Juntas de Humaya y que se venció 10
años después de haber sido asegurado por la entonces Procuraduría de General de
la República (PGR).
Tras caer, el joven comenzó a pedir ayuda a gritos, por lo que sus vecinos
acudieron para sacarlo del agujero de 2 metros que se abrió.
Martín presentó heridas leves por el incidente, pero los daños materiales a su
casa son cuantiosos.
Otros vecinos de la colonia han reportado afectaciones como hundimientos y
grietas y uno hasta tiene un árbol de mango creciendo en un pequeño socavón
generado por el hundimiento del pasadizo.
Martín vive a unos 100 metros de distancia de una casa de seguridad de la que
sale el narcotúnel que desde el 2012 estuvo bajo resguardo del Servicio de
Administración y Enajenación de Bienes del SAT.
Este organismo se convirtió en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado
(INDEP), que ahora emitió un comunicado en el que aseguró que desde abril
evalúa el riesgo del túnel.