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La luz natural desempeña un papel muy importante en
el crecimiento de las estructuras del ojo en la niñez, por lo que hay que
exponerse a ella por lo menos dos horas al día
Por: Leonardo Frías Cienfuegos
CDMX, 30 de enero de 2023. – La falta de exposición a la luz natural,
causada por el uso de dispositivos electrónicos y ahondada por los meses
previos de confinamiento, agudizó en la niñez la incidencia en los errores
refractivos de su visión, dijo Jessica Vargas Ortega, de la Facultad de
Medicina (FM).
La luz natural, explicó, desempeña un papel muy importante en el
crecimiento de las estructuras del ojo de un menor, hasta que alcanza el tamaño
del de un adulto; a estas modificaciones que se presentan dentro del globo
ocular se le llama emetropización.
“Entonces cuando los niños no se exponen de manera suficiente a la luz
natural, el proceso de emetropización no se realiza de forma natural y comienza
a haber mecanismos compensatorios, uno de estos es la miopía”, indicó.
La académica de la División de Estudios de Posgrado de la FM consideró
que algunas condiciones sociales y por supuesto el uso de la tecnología, han
llevado a que niñas y niños en las ciudades ya no jueguen en espacios públicos
y permanezcan encerrados, lo que se ha convertido en factores que influyen en
la presencia de miopía en este sector.
Bebés, jamás
La oftalmóloga pediátrica mencionó que en general todas y todos los
niños, sin importar la edad, tienen que estar expuestos a la luz natural por
los menos dos horas al día.
“En cuanto a la exposición a aparatos y dispositivos electrónicos, la
Academia Mexicana de Oftalmología Pediátrica ha determinado que niños menores
de cuatro años no deben estar frente a dichos artilugios, pensarlo para un bebé
es imposible, ¡jamás!.”
Será entonces, agregó, a partir de los cinco o seis años de edad cuando
ya puedan empezar a tener contacto con estos, porque además acuden a la
escuela.
A partir de los seis años de edad, tendrían que estar frente al display
entre una o dos horas máximo a lo largo del día; y sería hasta la edad de 15 o
16 años cuando se permita entre 4 o 5 horas por jornada. Esto, debido a que con
los dispositivos de la denominada luz azul, se disminuye de manera muy
importante el parpadeo.
“El parpadeo, es un fenómeno que de alguna manera nos protege la
superficie del globo ocular, porque al ejecutarse se lubrica, y en cuanto
estamos frente a las pantallas no parpadeamos inconscientemente, lo que causa
que la lágrima no alcance a hacer su función, se empieza a romper y como
consecuencia al usuario le ardan los ojos.”
La también cirujana oftalmóloga advirtió que de no formularse una
promoción y prevención a esta epidemia de miopía, que ya se manifiesta con
solidez, puede escalar a números más extensos.
“Aunque en México carecemos de estudios epidemiológicos y de información
documentada (cifras) de lo que ocurre con nuestros niños, puedo constatar que
cada vez se diagnostican miopías a edades más tempranas, en contraste con las
hipermetropías y los astigmatismos que no han cambiado de incidencia.”
No sólo es la parte de que el paciente es miope y va a usar lentes, sino
que la miopía trae otro tipo de consecuencias importantes que a lo largo de la
vida repercutirán en la salud del paciente: habrá alteraciones en otras
estructuras del ojo, con riesgo a desprendimiento de retina; un tipo particular
de glaucoma, además de los gastos que implica una enfermedad no atendida e,
incluso, un grado de invalidez”, describió.
Recomendación
Jessica Vargas recomendó a quienes leen esto en un dispositivo electrónico
hagan lo siguiente: “según la Academia Americana de Oftalmología debe de
realizarse la llamada Regla 20-20-20, la cual consiste en que tras los primeros
20 minutos que pasamos frente a la pantalla hay que dar un descanso del mismo
tiempo; el segundo 20 (cuando transcurren otros 20 minutos) hacer una pausa por
20 segundos; y el tercer 20, consiste en mirar lejos, a 20 pies –como a seis
metros– nada específico: el cielo, una nube, un edificio”.
Lo anterior, concluyó, permitirá que en periodos muy cortos de tiempo
descansemos nuestro sistema visual y se aminoren las molestias de trabajo
crónico a la exposición de pantallas.
Fuente: UNAM