EL JALISCO COMUNISTA QUE PROPICIÓ SIQUEIROS

EL JALISCO COMUNISTA QUE PROPICIÓ SIQUEIROS

Guadalajara, México 5 junio 2022.- Además de pintar en la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz los murales de las estrellas rojas, los campesinos y el maíz junto con Amado de la Cueva, el muralista chihuahuense David Alfaro Siqueiros trajo el comunismo a Guadalajara.

Como en muchas ciudades del País, esta corriente política se fue extendiendo en varios sectores y pese a que también fue rechazada fuertemente, representa parte de la identidad de la Ciudad, al menos durante una parte del siglo 20.

El Partido Comunista de México (PCM) dejó de existir formalmente en los años 80, pero algunas de las ideas que impulsaron sus protagonistas siguen vigentes, aunque sea en las paredes del barrio de San Andrés y en la huella de Ideales Agrarios y Laboristas de la Revolución de 1910, el mural de la biblioteca que lleva el nombre del Premio Nobel mexicano.

«Contrario a lo que mucha gente cree, Guadalajara no es una Ciudad solo de pensamiento conservador, a la vez tiene sectores muy comprometidos con el pensamiento socialista y comunista, esto se ve en las movilizaciones de las organizaciones urbanas populares», afirma el doctor Jaime Tamayo, jefe del Departamento de Movimientos Sociales del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades en la Universidad de Guadalajara.

«Las luchas sociales contra la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), el movimiento ferrocarrilero y médico, son un gran ejemplo, hay una presencia que se mide electoralmente en Jalisco que le aportó mucho al partido comunista para mantener su registro», asevera el autor de libros y artículos como La Última Batalla de los Rojos o Siqueiros, los Orígenes del Movimiento Rojo en Jalisco y el Movimiento Minero.

Para el académico, existen sectores muy conservadores en el Estado, pero también hay otros con pensamientos radicalizados, muchos de ellos identificados como comunistas.

Muchos episodios de los ideales comunistas en México son complicados en escala y en la gravedad de sus consecuencias, este es un breve recuento cronológico de su paso por Guadalajara.


1925: Dos pintores y un partido


El Partido Comunista Mexicano nació en noviembre de 1919. A la capital de Jalisco llegó casi a la mitad de los años 20, con la llegada de los pintores David Alfaro Siqueiros y Roberto Reyes Pérez, quienes fundaron el Partido Comunista en Jalisco.

Ellos fueron invitados a la Ciudad por el entonces Gobernador José Guadalupe Zuno, junto con otros pintores como Xavier Guerrero y Amado de la Cueva.

Todos se integraron de inmediato a las luchas que ya se daban en el Estado; Siqueiros fue presidente de la Confederación Obrera de Jalisco y antes de eso dirigente de la Federación Minera, como señala Jaime Tamayo en sus investigaciones.

Este episodio está precedido por varias movilizaciones en el Estado que no se consideraban comunistas como tal, como la fundación de la primera Liga Campesina, pionera en el País que formó parte a su vez la Liga Nacional Campesina, en cuya dirección hubo gente vinculada al ligadas al partido desde Jalisco.

A pesar de la respuesta de los movimientos, en 1929 los comunistas vivieron una represión violenta por parte del Estado que llevó a más de medio comité central del partido a la cárcel a nivel nacional y la otra mitad a la clandestinidad.

«Aquí en Jalisco van a ser desaforados los comunistas que participan en espacios públicos, de manera particular Roberto Reyes Pérez, dirigente de la Confederación Sindical Única de México», explica el doctor Tamayo.

Fueron expulsados de todos los espacios. El movimiento comunista se va replegando, también a nivel nacional y las ligas comienzan a dividirse. Muchos se dispersaron.


1936: Quieren regresar


En un nuevo aire, en 1936 surge el Comité Estatal de Defensa Proletaria correspondiente en Jalisco, el que dio origen en su momento, a nivel nacional, a la Confederación de Trabajadores de México CTM, los comunistas se quedan un poco al margen en su conformación.

A finales de los años 50, el movimiento vuelve a cobrar relevancia, porque Jalisco ocupa un lugar muy importante en la lucha ferrocarrilera: aquí fueron detenidos un gran número de trabajadores en el local sindical por el Ejército, varios formaban parte del partido.

Sumado a eso, en la organización estudiantil se forja un sector que corresponde con las ideas del PCM, un grupo liderado por José Guadalupe Zuno Arce, hijo del exgobernador y aliado con los comunistas, el propio Zuno participó en apoyo al grupo ferrocarrilero, lo que lo va a llevar a la cárcel debido a un enfrentamiento con la Policía: en su comité habían jóvenes comunistas, quienes comparten la idea de que el capitalismo es el responsable de la desigualdad e injusticia social.


1967: Los médicos, los estudiantes y Los Vikingos


A principios de este año, aproximadamente, surgió en Jalisco el movimiento de los médicos, donde figuran incluso algunos de los dirigentes del Partido Comunista Mexicano en Jalisco, como el doctor Alfonso Partida Labra, quien instauró la lucha por los derechos de los trabajadores de la salud en el Hospital Civil de Guadalajara.

Este grupo de médicos y el propio Labra fueron expulsados con violencia del Hospital Civil en marzo de 1968, por la entonces Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

El auge de los movimientos estudiantiles en la Ciudad de México cobraba fuerza, y sus colegas en Guadalajara que apoyaban la causa fueron reprimidos por la FEG cuando se manifestaron para sumarse al apoyo de las movilizaciones capitalinas.

Según algunos testimonios recopilados en libros como Jóvenes de los 70 o Los Vikingos, ambos editados de manera independiente por el sello Casa del Mago, esta Federación desapareció a algunos estudiantes.

Para hacer frente a la FEG, financiada por el Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz -de acuerdo con referencias del artículo «Trayectoria del Movimiento Estudiantil» y el libro Universidad de Guadalajara: más de dos Siglos de Historia, que escribió Tamayo en coautoría con la doctora Guadalupe Moreno González-, nació en 1971 el Frente Estudiantil Revolucionario con grupos provenientes de San Andrés que se integran a través de la organización Juventudes Juaristas, con apoyo de Andrés Zuno, hijo del ex gobernador Guadalupe Zuno, miembros del partido comunista y de las juventudes comunistas.

Los murales de sus rostros siguen vivos en las paredes del barrio.

Su visión era responder la represión y algunos tomaron las armas, de ahí vendrá luego el surgimiento de tres organizaciones guerrilleras:

-La Liga Comunista 23 de Septiembre, la más conocida dado que tuvo un alcance nacional y acciones que culminaron con el encarcelamiento y el asesinato de varios de sus integrantes.

-Fuerzas Unidas Armadas del Pueblo, que organizó el secuestro del Cónsul estadounidense George Terrance Leonhardy en marzo de 1973 y la consecuente liberación de 30 presos políticos que son enviados a Cuba.

-Unión del Pueblo, que organizó varios atentados, dirigida por Héctor Hernández Castillo, quien muere en 1977 en un enfrentamiento cuando ya existía la Ley de Amnistía que a él no le sirvió, fue detenido en un retén y en un enfrentamiento muere con un amigo.

En los tres grupos participaron miembros del partido comunista, aunque este se deslinda de las acciones armadas.


1976: La guerra Sucia


Durante el mandato del Presidente Vicente Fox (2000-2006), se reconoció el uso de la «guerra sucia» como estrategia de represión a los movimientos sociales. Esto ha sido ampliamente documentado en la Comisión de la Verdad, integrada por varias asociaciones, los archivos de este pasaje durante los años 70 son públicos y se pueden consultar en archivo.archivosdelarepresion.org

En Jalisco fueron los comunistas quienes comenzaron el movimiento de defensa de los presos políticos, primero por padres y familiares de los presos y luego en un Comité de Defensa de los Presos Perseguidos y Desaparecidos Políticos formalmente encabezado por Luciano Rentería, miembro del Partido Comunista Mexicano.

Este grupo fue pionero en evidenciar los excesos, violencia desmedida y la violación de toda garantía individual de manera brutal por el Estado y en hacerlo visible.

Ese año el Partido Comunista comenzó también una lucha más política, es decir, desde un frente electoral, tras la reforma de López Portillo que abre la puerta para que el Partido Comunista y el Partido Sinarquista obtuvieron su registro a nivel nacional.

En 1979, en Jalisco intentaron registrar al Partido Comunista pero no se les permitió el registro estatal.


1981: Se acaba el sueño


El Partido Comunista se disuelve y se integra al Partido Unificado Socialista de México, lo que para muchos es el fin del movimiento casi a nivel nacional. Debido a las divisiones ideológicas y a las transformaciones hasta terminar en el Partido de la Revolución Democrática.

Para el investigador Jaime Tamayo, la herencia de estos movimientos es la conquista de los derechos sociales, laborales y agrarios, pero sobre todo la lucha por los derechos humanos, pionera en todo el País y la conquista de los derechos políticos, para que se reconociera a los ciudadanos su derecho a elegir entre opciones diversas.

«Es muy importante saber en dónde estamos y por qué estamos aquí, lo que se ha conquistado, lo que no se ha logrado y qué ha costado. La historia de muertos y sangre que puso el Partido Comunista es grande en términos históricos, la gente participaba no por un interés personal, posición política o por un ingreso», dice el doctor de la Universidad de Guadalajara.

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