La proliferación de grupos criminales en Morelos y Ciudad de
México recrudeció la disputa por el control de territorios y por su operación a
lo largo de la carretera federal México-Cuernavaca y en los pueblos que se
encuentran en la ruta, advirtieron mandos militares y autoridades estatales.
Se trata de una ruta que durante años ha sido utilizada para el tráfico de
drogas, armas y efectivo, así como para la ejecución de personas, secuestros, establecimiento
de casas de seguridad, tala ilegal, robo de automóviles y a transportistas,
cobro de piso y hasta el traslado de huachicol.
Entre 2004 y 2008 esa ruta era de los dominios de los Beltrán Leyva, brazo
armado del Cártel de Sinaloa, entonces encabezado por Joaquín «El
Chapo» Guzmán.
Tras la fractura entre ambos grupos y el abatimiento de Alfredo Beltrán Leyva,
«El Barbas», por parte de la Marina, en 2009, nuevas células
empezaron a anidar y aumentar sus operaciones desde Guerrero y Morelos hacia la
CDMX y el Edomex, situación de la que alertó desde 2015 el Gobierno de Morelos
y ahora al de la Capital del País.
El enfrentamiento este martes con un grupo armado del Cártel de Sinaloa, bajo
el mando de los hijos de «El Chapo», exhibió la fuerte presencia de
estas células.
Informes militares dan cuenta de la proliferación de células delictivas que
dependen de otros cárteles, y que les pagan piso o son sus tentáculos en la
región que tiene conexión a territorios mexiquenses como Ocuilan, Xalatlaco, Tianguistenco,
y después Malinalco hasta Ixtapan de la Sal o Toluca, donde la Familia
Michoacana se jacta de tener su bastión.
Además de la presencia de grupos bajo el mando de los hijos
de «El Chapo», en Morelos otros grupos en disputa son el Cártel Jalisco
Nueva Generación (CJNG), Guerreros Unidos, Los Maya, Los Linos, Comando
Tlahuica y también La Familia Michoacana.
Además, Gente Nueva, Sangre Brava Morelense (escisión de Los
Linos), Cártel del Pacífico Sur, Señor de la V y Los Ronderos, que según los
informes de inteligencia militar, operan bajo cobijo de pobladores en Ocotepec,
Ahuatepec y Tepoztlán, así como células del Cártel de Sinaloa, que desde 2021
llegaron al Estado en la zona de Tres Marías y Huitzilac.
«Estos grupos también tienen presencia en la carretera
México-Cuernavaca y sus ramales al Estado de México o Guerrero para efectuar
delitos diversos, y unos cobran piso a otros para distintos fines, como la
privación de personas, principalmente familias que vienen a pasear los
domingos, las retienen, las extorsionan y les roban sus vehículos; estos
criminales pagan piso a otros criminales para llevar a cabo estos hechos»,
reveló un mando de la 24 Zona Militar, asentada en Cuernavaca.
En las localidades de Parres y Topilejo, ya en la Ciudad de México,
se detecta la presencia de células delictivas del Cártel de Tláhuac, Los
Guerreros o Los Sinaloas.
También otras células de la Unión de Tepito, una fracción de
La Familia Michoacana que opera en el oriente de la Ciudad de México, La Anti
Unión, Los Benjas y Ronda 88, que también presumen fuerza en las Alcaldías de
Coyoacán, Tlalpan, Xochimilco y Cuauhtémoc.
Estos grupos reciben paquetes de cocaína desde Acapulco y
Zihuatanejo, vía Chilpancingo-Iguala-Taxco, en Guerrero, luego Morelos y la
México-Cuernavaca, para su distribución en el mercado de narcomenudeo.