El Día Mundial del
Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido
esencial. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen
en gran medida del abastecimiento de agua dulce. Y de su calidad, 2 200
millones de personas viven sin acceso a agua potable. Esta celebración tiene
por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de
buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de
Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030.
“Hacer visible lo
invisible” Este 2022 el foco de atención
se centra en las aguas subterráneas, unas aguas invisibles cuyos efectos se
aprecian en todas partes. Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en
los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades
importantes de agua). Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las
aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de
recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse
a la superficie por medio de bombas y pozos.
La vida no sería
posible sin ellas. La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por
completo de este recurso, que suministra una gran proporción del agua que
utilizamos para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y
procesos industriales.
Asimismo, las aguas
subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como
los humedales y los ríos.