La Policía de Nicaragua detuvo al obispo Rolando
Álvarez tras irrumpir a las 3:00 de la mañana en la curia de Matagalpa,
Managua; cientos de personas se acercaron al lugar para intentar resguardar la
seguridad del monseñor y otros religiosos cuando escucharon sonar las campanas
de la iglesia.
Álvarez se encontraba en el
lugar junto a ocho sacerdotes y seminaristas desde hacía 16 días, quienes
también fueron detenidos y llevados en autos diferentes a otros lugares.
Familiares del obispo denunciaron que también fue allanada la casa de los
padres del monseñor.
Medios afirman que se citó a
decenas de personas de Matagalpa para interrogarlas, fuentes afirman que están
buscando “testigos” que declaren en contra del caso que armaron contra Rolando
Álvarez, a quien señalaron de “organizar a grupos violentos”, “incitar al
odio”, crear “zozobra” y “con el propósito de desestabilizar al Estado de
Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.
La policía de Nicaragua
confirmó que detuvo al obispo Rolando Álvarez y lo puso bajo arresto
domiciliario en su casa de Managua por actividades “desestabilizadoras y
provocadoras”; también se aseguró que se había intentado tener comunicación con
él para pedir prudencia, y sentido de responsabilidad.
Álvarez
es obispo de la Diócesis de Matagalpa y una de las voces más críticas de la
jerarquía católica de Nicaragua. Sus
sermones frecuentemente fustigan la violación a los derechos humanos, la
persecución religiosa y los abusos de poder.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega acusa a la iglesia Católica del país de apoyar la rebelión ciudadana que comenzó en abril de 2018, la que califican de “intento de golpe de Estado”, y mantienen un asedio constante contra algunos sacerdotes y obispos.