Por Edgar Hernández*
Enloquecido de poder por sus
amarres con quien ya se va -AMLO-, Cuitláhuac García transita por el mismo
camino de sus antecesores, desaparición forzada, tortura, presos políticos y el
saqueo de las arcas.
Este, embrujado de soberbia, lo
mismo atropella a inocentes que consiente alianzas inconfesables con el crimen
organizado o rompe la división de poderes y hace de la mentira una virtud.
Hoy, sin embargo, un detonador
desencadena toda la escalada de violaciones a la ley que eventualmente lo
llevarán a prisión.
Irá a la cárcel quien de la noche
a la mañana se convirtió en la conciencia nacional que en desproporción agrede
a los poderes federales, a gobernadores y partidos opositores; que destroza la
división de poderes, amenaza a jueces y, para no desvariar con el huésped de
Palacio, acusa a los periodistas chayoteros de publicar mentiras.
Hoy, a pesar de la vorágine de
las noticias, no deja de llamar la atención una denuncia interpuesta en su
contra ante la Fiscalía General de la República por “Desaparición Forzada” y
“tortura”.
La familia del empresario Itiel
Palacios imputado por la Fiscalía de Verónica Hernández, por dos presuntos
asesinatos, pero absuelto por la jueza Angélica Sánchez, denunció al gobernador
Cuitláhuac García Jiménez por desaparición forzada y torturas.
Vale acotar que la jueza Angelica
Sánchez se ganó el odio de Cuitláhuac por no arrodillarse a su mandato y
proteger al empresario por la vía del amparo, lo cual le valió fuera
aprehendida con lujo de violencia, torturada y obligada a disparar un arma de
fuego para inculparla de agresión a la policía y estar ligada al crimen
organizado.
Por lo pronto, Rubicelia
Palacios, hermana del ofendido se presentó ante el Fiscal Federal, Alejandro
Gertz Manero, con pruebas en la mano.
Demuestra que su consanguíneo no
participó en el homicidio del diputado Juan Carlos Molina ya que éste se
encontraba en un festejo familiar en el estado de Guanajuato y así lo consignan
50 invitados al convivio.
Rechaza asimismo el testimonio
del testigo protegido que argumenta que identificó al responsable del atentado
por un lunar en la cara. “El testigo se encontraba a 200 metros del hombre del
lunar”, según reconoció el propio acusador.
El empresario fue detenido en
2019 y liberado en el 202, pero al salir de prisión fue de nuevo aprehendido
acusado ahora de la muerte de dos personas.
Se abrió el proceso 171/2021donde
demostró que nunca estuvo presente en la ejecución de las dos personas y que el
ministerial que había aportado pruebas en su contra nunca las firmó y cuando acudieron
a la ratificación de la declaración ¡Ya estaba muerto!
El 3 de junio pasado finalmente
el empresario fue puesto en libertad, pero 24 horas después fue aprehendido de
nueva cuenta… ¡Y torturado! para enfrentar nuevos delitos que solo existen en
la imaginación de Verónica Hernández Giadans.
El caso de Itiel es muy parecido
al de Rogelio Franco acusado y preso desde hace dos años por rasgarle la camisa
a un policía ministerial; el mismo de Juan Manuel del Río Virgen detenido en la
Navidad del 2022 acusado de matar a un político opositor.
Es el mismo que el de July Raquel
“N”, acusada de un asesinato que no cometió por encontrarse, en Xochimilco, a
350 kilómetros de Xalapa y que al hacer su familia la denuncia pública ante los
medios, con el consecuente encabronamiento del Cuícaras, le metieron 60 años de
cárcel.
Mil 200 más entre presos
políticos y acusados de Ultrajes a la Autoridad o, como en el caso de la
periodista Viridiana Bretón Feito, retenida por un año por el delito de
“estragos”, son víctimas del rencor y venganzas personales de Cuitláhuac.
Han sido muchos, incontables, los
abusos de autoridad por los que tendrá que responder el gobernador, una vez que
deje el cargo y el fuero para regresar a lo que nunca fue, nada, con un
ingrediente adicional que esa nada, hoy envuelta de poder, lo acompañará tras
las rejas.
Y a Pacho no irá a verlo el Peje,
seguro.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo