CUESTIONAN COBERTURA PERIODÍSTICA DE LA FILTRACIÓN TELEVISA

Ciudad de México 9 mayo 2025.- El llamado caso “Televisa Leaks”, que involucra la difusión de supuestos archivos internos de la televisora mexicana, ha detonado un intenso debate sobre la ética periodística y la responsabilidad al divulgar información sin comprobación técnica independiente. El material, promovido como una filtración de gran escala, ha sido cuestionado por la falta de contexto y por la ausencia de derecho de réplica a los involucrados.
La filtración fue atribuida a Germán Gómez García, excolaborador externo del área conocida como “Palomar”, quien asegura haber sustraído un disco duro con evidencia de campañas de manipulación mediática. Esta información fue publicada por Aristegui Noticias en distintas plataformas, sin que se realizara una validación externa del contenido ni se ofreciera espacio a los señalados para dar su versión.
Investigaciones posteriores a cargo del medio Código Magenta, documentaron una serie de inconsistencias en el testimonio del informante. Entre ellas, su estatus profesional en la televisora, donde nunca figuró como empleado formal, y diversos antecedentes personales y legales, incluida una denuncia por robo de equipo audiovisual a la empresa.
De acuerdo con una denuncia presentada por Televisa ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Germán Gómez fue sorprendido la noche del 15 de diciembre de 2024 sustrayendo micrófonos, luces y estabilizadores de las oficinas de la empresa.
Según la acusación, un día después, al ser confrontado, solicitó un pago de 528 mil pesos a cambio de no divulgar la información que supuestamente tenía en su poder. En sus propios mensajes, también admitió haber ofrecido el material primero a TV Azteca, donde fue desestimado, antes de acudir a Aristegui Noticias.
El disco duro, según se comprobó, no correspondía a equipo de la empresa, sino a una computadora personal, y los archivos presentados incluían conversaciones privadas y fotografías que no pudieron ser contextualizadas por el joven editor de videos.
Entre los nombres exhibidos, figuraban colaboradores que posteriormente negaron cualquier vínculo con las supuestas operaciones. De igual forma se incluyeron a personas que fueron identificadas erróneamente como diputadas federales.
La falta de verificación independiente y la negativa de Aristegui Noticias a permitir el contraste con los señalados, como el directivo de Televisa Javier Tejado Dondé, han suscitado críticas sobre la responsabilidad periodística en la difusión de información no corroborada.
Además, plantea interrogantes sobre el papel que jugó la producción del noticiero en amplificar una denuncia que, de acuerdo con documentos y mensajes, incluía elementos de presión económica y posibles venganzas personales.
El caso también ha reavivado discusiones sobre los límites de la protección a informantes en investigaciones periodísticas. Al haber sido identificado públicamente en los espacios de Aristegui Noticias, Gómez García quedó expuesto al escrutinio en redes sociales, donde se maximizaron los cuestionamientos hacia su persona. Muestra de ello fue la exhibición del contenido que difunde a través de su canal Only Fans.
Por otro lado, expertos en materia legal, como el exministro José Ramón Cossío, han advertido sobre los desafíos jurídicos que plantea el uso de pruebas digitales obtenidas sin autorización, especialmente cuando provienen de empresas privadas y no de instituciones gubernamentales.
“Si (la información) no se obtuvo de manera lícita porque no le pertenecía a él, no tendría valor probatorio sólido”, explicó Cossío en una entrevista.
No es la primera vez que este medio se ve involucrado en la difusión de denuncias de alto impacto sin un proceso sólido de revisión. En 2023, el exfuncionario Eduardo Fernández fue sentenciado por intentar extorsionar a Televisa con una acusación falsa, difundida en el espacio de Aristegui Noticias. El caso concluyó con una condena de cuatro años de prisión en México y Estados Unidos, y una disculpa pública en medios nacionales.