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Ciudad de México, suma de horrores y
maravillas
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Conversatorio con Héctor de Mauleón;
inauguración de la muestra Infinito y posibilidad, de Francisco Cabriales
Por: Patricia
López Suárez
Foto:
Víctor Hugo Sánchez.
Cronista
que ha recorrido con una indagación única la Ciudad de México más allá de
calles, edificios, monumentos y plazuelas, deteniéndose en placas
conmemorativas, bibliotecas y nomenclaturas de esquinas asomadas de otras
épocas, el periodista Héctor de Mauleón participó en un conversatorio para
inaugurar el ciclo de conferencias “La ciudad oculta”, en la Casa Universitaria
del Libro (Casul).
Tomando
como eje su colección de libros La ciudad oculta, 500 años de historias, de la
que publicó a fines del año pasado su cuarto volumen, el autor conversó con el
periodista y escritor José Luis Martínez, director del suplemento cultural
Laberinto, del periódico Milenio, quien fungió como entrevistador.
Resumió
la capital del país como “una suma de horrores y maravillas” que conviven en
una urbe dinámica y compleja.
A un año
de su reapertura tras la pandemia (en febrero de 2022), la Casa Universitaria del
Libro realiza el ciclo de conferencias cada jueves a las 19 horas hasta el 2 de
marzo, anunció durante la inauguración Guadalupe Alonso, directora de la Casul.
Por su
parte, De Mauleón se dijo honrado con la distinción de charlar en directo con
el público, que lo sigue también en prensa escrita y televisión.
Habitante
de la colonia Roma, el autor destacó los contrastes de Ciudad de México, una
urbe compleja que, desde su fundación sobre Tenochtitlan, ha tenido problemas
con el agua.
Destacó
que históricamente ha habido inundaciones, y los cuerpos de agua como los ríos
Consulado y Churubusco se han entubado para satisfacer las necesidades de la
ciudad, sobre la cual hoy caminamos sus residentes “10 metros más abajo que los
porfirianos. No hay agua, somos demasiados habitantes y la ciudad se ha
convertido en muchas ciudades, creo que en cien años se va a tener que partir
en varias”, consideró.
Dijo que,
si quiere subsistir, la capital del país deberá tener una gran transformación y
una renovación muy seria, porque hoy “está prendida con alfileres”.
De
Mauleón narró anécdotas como la del antecedente de los taxis, que provienen del
virreinato con sus antiguos carruajes, que luego de una disposición oficial se
permitió usarlos como transporte de alquiler. “Entonces no había parquímetros,
sino acuerdos que definían de ‘a cuánto’ era la dejada”, dijo sonriente.
En el
antiguo Zócalo, al inicio de la fundación de la urbe capitalina, había zonas de
siembra muy cerca, un mercado de esclavos, corrales con cerdos y toldos sucios
que empañaban el paisaje. Todas, escenas de una urbe que nacía también
considerando lo rural.
También
hubo plagas, como cuando “¡Nos cayó el chahuistle!”, un hongo microscópico que
ataca las hojas y tallos del maíz y cuya frase hoy permanece como sinónimo de
desgracia, recordó.
De
Mauleón reconoció que muchas de las historias ocultas de Ciudad de México las
ha encontrado en crónicas, documentos y libros antiguos, como Actas del
Cabildo, un texto hallado en la calle de Donceles con prólogo de Salvador Novo,
el cual es un registro de la urbe.
Recordó
esfuerzos como el de Carlos de Sigüenza y Góngora, cronista de la ciudad quien
participó en la conservación de los archivos oficiales.
La charla
contó con la participación, vía remota, del fotógrafo Rodrigo Moya, quien
calificó la capital del país como dos ciudades, la clásica y la moderna, donde
pese a la modernidad todavía palpita el México antiguo.
El video
de Moya estuvo acompañado de algunas de sus fotografías en blanco y negro,
destacando en especial los contrastes de la gente y los edificios en el México
de los años 50 y 60 del siglo pasado.
Exposición
Previamente,
en el vestíbulo y salón contiguo de la Casul se inauguró la muestra Infinito y
posibilidad, del diseñador y arquitecto Francisco Cabriales, una colección de
23 piezas en madera y metal en la que destacan figuras geométricas y múltiples
combinaciones, con las que reflexiona sobre la geometría, las matemáticas, el
Universo y la arquitectura mesoamericana.
Fuente: UNAM