· Es urgente aprender a construir sociedades en la
convivencia, considera Nelia Tello Peón al referirse al Día Mundial contra el
Acoso o Bullying, que se conmemora hoy 2 de mayo
·
Las redes sociodigitales contribuyen al crecimiento de esa práctica que afecta
a seis de cada 10 niños, añade
De acuerdo con
el estudio oficial de la organización no gubernamental internacional Bullying
Sin Fronteras para América, Europa, Asia, Oceanía y África, realizado de enero
2021 a febrero de 2022 con el apoyo de 20 prestigiosas universidades del mundo,
los casos de bullying en el planeta continúan en aumento: seis
de cada 10 niños sufren todos los días algún tipo de acoso y ciberacoso. A
nivel mundial, esa práctica es causante directa de más de 200 mil
fallecimientos cada año, por homicidio o inducción al suicidio.
Según
la investigación de la citada ONG para América Latina y España, realizada
de enero 2020 a diciembre de 2021, los casos en México se incrementan: siete de
cada 10 niños y adolescentes lo sufren.
El
crecimiento del fenómeno es “explosivo” en los últimos años: 180 mil casos
graves de bullying y ciberbullying en ese
lapso, colocan a nuestro país con mayor cantidad de sucesos en el orbe. Los
otros dos son Estados Unidos, con seis de cada 10; y China, 5.8 por cada 10.
La
coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Violencia
Escolar de la UNAM, Nelia Tello Peón, refiere: estamos ante un problema fuerte
que está en todos lados, que no es de ahora, y que debemos revertir. Para
erradicarlo se necesita cambiar comportamientos, la manera en que nos
relacionamos con los otros.
Es
urgente aprender a construir sociedades en la convivencia. “En vez de usar mi
fuerza para destruirte, debo usarla para construir junto contigo, pero para eso
tengo que aceptar que eres diferente a mí, que tus expresiones y fortaleza son
distintas a las mías y que se complementan. Solo así podremos construir de
verdad una sociedad más humana”, recalca la académica de la Escuela Nacional de
Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional.
En
ocasión del Día Mundial contra el Acoso o Bullying, que se celebra el 2 de
mayo, la exdirectora de esa entidad académica menciona que no sabemos
construirnos como una sociedad entre iguales, porque nadie nos enseña. Por el
contrario, varios tienen la idea de que es “malo”, “extraño” o “ajeno” ser
diferente, y eso “hay que desaparecerlo”.
Dominio
y sumisión
El
acoso escolar, explica Nelia Tello, es una forma específica de violencia
continua entre iguales, caracterizada por una relación de dominio y sumisión
con un vínculo de orden emocional presente. No se trata de un hecho aislado,
sino que acontece de forma persistente y provoca ansiedad en los participantes.
Una
persona que sufre y ejerce bullying generalmente ha vivido ese
tipo de relaciones en su familia; se trata de comportamientos que se aprenden.
La experta precisa que no se aprende a relacionarse entre iguales en el entorno
familiar, vecinal, comunitario, laboral, etcétera. “Una organización jerárquica
funcional la convertimos en una jerarquía humana”.
Por
lo general, subraya, el agresor está rodeado de un grupo que lo sigue, apoya y
lo hace más fuerte en la presencia del acosado. “Las personalidades débiles no
se ven, se vuelen difusas, indiferentes para los demás, pero en el momento en
que están en una situación donde son el centro de atención, es como si
comenzaran a existir, pero de manera muy peligrosa, con miedo e incertidumbre”.
Este
fenómeno, reitera la experta, es de siempre por la presencia de una persona
fuerte y una débil. “Antes hablábamos del ‘puerquito del salón’, y no era algo
vergonzante. Hoy, por lo menos, es reconocido”.
Parecía
que este fenómeno tenía su máxima expresión en el nivel secundaria. Sin
embargo, se registra además en las primarias, con otras formas y expresiones,
quizá con menos intensidad emocional, así como en el bachillerato y las
universidades. Ahora que lo reconocemos vemos que se ha extendido y hay que
preguntarnos por qué, alerta Tello Peón.
“Tengo
el supuesto de que los dos años de socialización que nos ‘comió’ la pandemia
han agudizado el bullying, porque en ese tiempo no se desarrollaron
las habilidades sociales y emocionales, las que nos permiten interrelacionarnos
con el otro de manera que tengamos una convivencia más igualitaria y solidaria.
Vivimos dos años de mucha tensión, angustia, incertidumbre, pero sobre todo
tuvimos pérdidas, miedo de enfermar cuando no había un lugar en los hospitales,
y nos sentimos vulnerados por el otro”, asevera.
El
acoso escolar tiene raíces en este ambiente que vivimos, en una sociedad
violenta en donde la muerte, el balazo y los jalones de cabello se presentan a
diario, destaca la académica de la ENTS.
En
el pasado, esta práctica concluía junto con las clases, pero ahora, debido a
las redes sociodigitales, prosigue, se hace grande y llena de angustia la vida
de la víctima. “El anonimato, las redes, la rapidez con que ocurre, ayudan a su
crecimiento”, resalta.
Incluso,
se habla de una “pandemia de bullying”, porque nos invade. “Nos
encanta el dominio, ese es el problema. Pero nos tiene que dejar de gustar la
desigualdad y la jerarquía, y aceptar que para vivir en una sociedad más
equitativa y sin violencia, lo nuestro debe ser la construcción con el otro”.
El
acoso, acota la académica, está tipificado como un delito en la Ley General de
los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, donde también se establecen
sanciones. Esas situaciones deberían estar bajo control social, pero como así
no ha funcionado, se han vuelto de control legal.
Para
prevenir el acoso escolar se requiere que haya suficientes docentes y un equipo
de atención multidisciplinario; es decir, a los profesores se deben sumar
psicólogos y trabajadores sociales capacitados, como establece la Ley.
“Hemos
insistido que todas las escuelas deben contar con un trabajador social, porque
los problemas que suceden ahí son sociales, y atender a tiempo los conflictos,
antes de que sean noticia y escándalo”. En tanto, los padres de familia y el
resto de la sociedad deben dejar de guardar su indignación en lo personal y
volverla colectiva.
Tello
Peón recuerda que en el año 2000 realizó un estudio en secundarias, el cual
arrojó que 78 por ciento de jóvenes encuestados decía que no había violencia en
su escuela. Antes de la pandemia el porcentaje era de 17 por ciento; “con ellos
hay que trabajar, porque quienes no son capaces de verla, son quienes más la
reproducen”.
A
partir de 2011, el 2 de mayo se celebra el Día Internacional contra el Bullying
o el Acoso Escolar, fecha establecida por asociaciones de padres y diversas
organizaciones no gubernamentales con el objetivo de concienciar sobre el
riesgo de ese fenómeno en los niños y jóvenes a nivel mundial.
“Qué
bueno que ya reconocemos esta situación tan grave y que la comprendamos como
problema social, para que todos contribuyamos a cambiarla”, apunta Nelia Tello.
FUENTE: UNAM