‘CAMBIÉ VISIÓN DEL FEMINISMO’

‘CAMBIÉ VISIÓN DEL FEMINISMO’

Azul detalló que tenía una idea errónea del movimiento y ahora es su lugar seguro

Cuando Azul fue agredida sexualmente a sus 12 años su mamá la felicitó.

«Ya ves significa que no estás tan fea», le dijo ante la sorpresa de Azul, quien sentía asco, vergüenza y tristeza porque su cuerpo había sido tocado en la calle sin su consentimiento siendo una niña.

Y, peor aún, porque no había encontrado en su mamá el apoyo que esperaba; al contrario, lo contó entre sus tías como si fuera motivo de orgullo, lamentó.

Ya desde entonces se cuestionaba por qué debía depilarse, por qué no le podían gustar las cosas que hacían los hombres, por qué opinaban sobre su cuerpo.

Recordó que los niños en la secundaria le hacían bullying porque no tenía los senos grandes como las demás y por su complexión delgada.

Para evitar burlas, empezó a engordar y las agresiones fueron porque no era delgada, todo ello la llevó a producirse un desorden alimenticio, al grado de llegar a anorexia, contó.

Le gustaba vestirse con ropa entallada y shorts porque así se sentía cómoda, aseguró, pero las agresiones sexuales en su contra seguían en la vía pública y ella se quedaba impávida, llorando, no sabía cómo actuar ante su agresor.

Entonces optó por usar ropa holgada, la más holgada que encontrara para que nadie la tocará.

Explicó que no sabía que lo que había vivido era violencia contra la mujer, sólo que le incomodaba.

Para ella el feminismo, de acuerdo con lo que sabía de forma superficial, era destructivo.

«Pensaba ‘son una bola de revoltosas violentas’, pero descubrí que lo que busca el movimiento es destruir la violencia que cada una hemos vivido, derribar el patriarcado, que es para beneficio no sólo de las mujeres, sino de los hombres, de la niñez», destacó.

Fue durante la pandemia que empezó a seguir a una amiga feminista en Instagram y todo aquello que pensaba y se cuestionaba respecto a los estereotipos de ser mujer eran cuestionados por el movimiento, entonces le hizo sentido.

«Ahora para mí el feminismo es mi lugar seguro, me encanta hablar de él, compartirlo porque sé que salva», afirmó.

Confesó que es difícil compartir lo que es el movimiento y desestructurar el pensamiento de su familia, debido a que su pensamiento es machista; sin embargo, su mamá, a sus 48 años, se ha empezado a interesar también en él.

Y es que a sus 40 años su mamá recordó de repente como fue violada a los cinco años por el amigo médico de su papá, detalló.

Agregó que había bloqueado ese recuerdo, pero cuando volvió comenzó a padecer problemas de sueño y psiquiátricos.

 

«Estoy aquí marchando por mí, para exigir no más violencia como la que ha vivido mi mamá, por la que han sufrido mis amigas y la que podría sufrir cualquier mujer», resaltó Azul.

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