Calaveritas de azúcar una tradición que perdura por
artesanos poblanos a través de la dulcería “El Colibrí” en donde realizan hasta
30 mil figuras cada año para que los familiares coloquen en sus altares y
recordar a sus fieles difuntos.
Este sitio
lleva más de 53 años conservando la tradición de su elaboración, llevando ya
cinco generaciones de dulceros que mantienen vigente la forma de hacer las
calaveritas de azúcar para el disfrute de chicos y grandes.
Ernesto Quintana Reyes es la quinta generación de
dulceros quién señaló que la parte más complicada de estas figuras de azúcar es
su decoración e incluso expuso que se pueden tardar hasta cuatro días además
del proceso de secado, para evitar que se dañen.
Quintana
Reyes señaló que varias de sus calaveritas son exportadas a España y Alemania,
por lo que comienzan su elaboración desde junio para poder cumplir con los
pedidos.
La
dulcería poblana no sólo hace esas figuras sino también elaboran obleas,
pepitas, jamoncillos de nuez, alegrías, cocadas, camotes, ollitas de tamarindo,
macarrones, ate de guayaba, tortitas de Santa Clara y cochinitos de panela.
“El Colibrí”,
se ubicada entre la 6 norte #4 interior 10 en el Centro Histórico de Puebla
además de encontrar calaveritas de azúcar, también hay una extensa variedad de
dulces típicos poblanos.
¿Qué
significan las Calaveritas de azúcar?
Los dulces
representan el altar Tzompantli de la época prehispánica, dónde se creía en el
paso de lo terrenal a lo espiritual.
Por ello,
todos los años durante los últimos días de octubre y principios de noviembre,
las familias mexicanas acostumbran colocar calaveritas de azúcar en los altares
para recuerdar a las personas fallecidas.
Incluso algunas llegan a tener una etiquetita con nombre, así los familiares, las colocan junto a las fotografías de sus muertos y de este modo, cuando visiten el hogar sepan que siguen siendo recordados y queridos.
