El primer ministro británico, Boris Johnson
comparece este martes ante el parlamento por primera vez desde que fue multado
por asistir a una fiesta en su oficina infringiendo la ley anticovid.
Los legisladores británicos reabrieron el caso
tras los 11 días de receso de Semana Santa. Sin embargo, pese a la indignación,
parecen determinados a no cambiar de líder en medio de la guerra de Ucrania.
Se espera que Boris Johnson se disculpara. El
británico ha insistido que fue un desliz menor; también ha rechazado las
peticiones de la oposición de que renunciara su cargo por incumplir las
restricciones que impuso al país durante el inicio de la pandemia del
coronavirus.
El primer ministro y sus aliados alegaron que
sería un error cambiar de líderes cuando Gran Bretaña enfrenta crisis como la
guerra en Ucrania y un aumento del coste de la vida impulsado por un auge de
los precios de la energía y los bienes de consumo.
Boris Johnson, su esposa Carrie y su ministro de
Finanzas, Rishi Sunak -segundo más alto cargo del gobierno- fueron multados el
pasado martes con 50 libras (65 dólares, 60 euros) por asistir a su propia
fiesta sorpresa de cumpleaños en Downing Street el 19 de junio de 2020. Donde
asistieron con decenas de personas en la sala del Consejo de Ministros, cuando
las reuniones sociales estaban prohibidas por la pandemia.
La policía de Londres impuso cincuentena sanciones
hasta ahora por el conocido como “partygate”. El escándalo de las fiestas
ilegales organizadas en dependencias gubernamentales durante los confinamientos
de 2020 y 2021, que a principios de año hizo peligrar la permanencia de Johnson
en el poder.
La investigación contra Johnson, va desde una
docena de eventos, como las celebraciones navideñas hasta fiestas de despedida.
Dichas investigaciones siguen abierta por lo que el primer ministro, podría ser
recibir una nueva multa.
El líder conservador, de 57 años, se convirtió
primer jefe de gobierno británico condenado por incumplir la ley durante su
mandato.
Tras lo sucedido, inmediatamente pidió “disculpas
completas” ante las cámaras de televisión; asegurando “entender la ira” de los
británicos, privados en aquella época de reunirse con sus seres queridos.
Johnson intentó esquivar las cuestiones; en un
principio dijo que nunca hubo fiestas y después insistiendo en que creía que no
se había incumplido ninguna norma. Por lo que la oposición lo acusó de engañar
al parlamento, una infracción que suele conllevar la renuncia.
Y este martes Boris Johnson comparece ante los
diputados para dar explicaciones por infringir la ley durante la pandemia.