Cd. de México, 7 mayo 2022.- Con Juan Gabriel se llora
y se ríe, se sufre y se goza. El
«Divo de Juárez» le puso palabras y melodías a los sentimientos de
los mexicanos y su legado llegó más allá de las fronteras: Alberto Aguilera
Valadez (1950-2016) vendió más de 30 millones de discos y se robó el corazón de
miles de seguidores alrededor del mundo.
Su herencia musical
resuena ahora con Juan Gabriel, un espectáculo
coreográfico del Ballet de Arizona, que se estrenó el pasado martes.
La iniciativa de montar un ballet basado en la obra del cantautor es de Ib
Andersen, director de la compañía, quien se sintió inspirado por el concierto
que Juan Gabriel ofreció en el Palacio de Bellas Artes, en 1990.
«Vi el concierto y su arte y pasión fueron muy conmovedores. Juan Gabriel
es un artista muy inusual. Tiene acceso directo al corazón de las personas:
tener un atractivo tan universal, para cualquier ser humano, es fascinante; hay
algo acerca de las presentaciones en vivo que tienen una energía única que las
grabaciones no tienen, me gustó su energía del concierto, así que decidí usarla
para este ballet», describe.
El coreógrafo danés conoció al cantante tras su repentina muerte en 2016. Leyó
su obituario en The New York Times y empezó a
indagar en su obra y en sus conciertos al tiempo que observaba cómo millones
lloraban su muerte. Eso le sobrecogió y continuó con sus investigaciones sobre
su legado.
«Esta obra ha sido una exploración de un artista que celebra a otro
artista en un medio completamente diferente. Juan Gabriel es un compositor
excepcional y espero transmitir esas letras a través de la danza, espero que
las personas que vean el ballet se sientan animadas después de verlo y escuchar
su música.
«Todavía ahora sigo pensando: ‘¿Qué está haciendo un danés tratando de
coreografiar un ballet para este venerado artista mexicano? ¿Estoy loco?’.
Estoy aterrorizado, pero pienso en cuánto me inspira su música y me apasiona
mostrar su arte en un medio completamente diferente», relata Andersen.
El Ballet de Arizona se fundó en 1986 y tiene un cuerpo de baile de 30
intérpretes. Sus exploraciones se extienden por el ballet clásico y la danza
contemporánea, pero la agrupación también busca convertir al baile en un
territorio de expresión no solo para profesionales, con el propósito de que
esta disciplina sea apreciada por una audiencia más amplia.
Andersen recuerda que este proyecto nació antes de la pandemia, incluso el
estreno estaba programado para 2020, pero la emergencia sanitaria lo detuvo
todo. Añade que el espectáculo no tiene una narrativa lineal, que es una
celebración de la música del compositor, oriundo de Michoacán, con ritmos de
rock, mariachi y más sonidos mexicanos, aderezados por una iluminación
energética y una fuerte producción audiovisual.
«Estoy trabajando con Jacob Pinholster, Decano Asociado del Instituto
Herberger para el Diseño y las Artes de la Universidad Estatal de Arizona, para
la videografía del ballet; cada canción tendrá su propio pequeño mundo
proyectado en el escenario, habrá un sentido único del lugar, ya sea a través
de diseños abstractos o paisajes, para evocar diferentes sentimientos»,
adelanta el director del Ballet de Arizona.
Juan Gabriel tendrá funciones hasta este domingo
en el Symphony Hall de Phoenix.
El coreógrafo, director del Ballet de Arizona desde hace más de 20 años, apunta
que uno de los objetivos sería traer el espectáculo a México, aunque todavía no
hay nada concreto.
«Nos encantaría llevar este ballet al Palacio de Bellas Artes. Ese sería
el sueño. No tenemos planes ahora, pero esperamos que el espectáculo sea un
éxito y podamos encontrar una manera de llevar este ballet de regreso al lugar
donde se llevó a cabo el concierto original, donde todo comenzó», concluye
Andersen.